Tras su expulsión y posterior sanción, Obregón no dudó en reprender al técnico del Racing. El entrenador asturiano fue expulsado en el minuto 90 frente al Sporting de Gijón, al volver a salir de la zona técnica para criticar encarecidamente una decisión arbitral, después de haber sido reprendido en varias ocasiones por el cuarto árbitro. Como consecuencia, no podrá estar en los dos siguientes partidos. Ania recibió el correctivo de un fan muy particular, Hilario Obregón, a través de las redes sociales. Hilario le recuerda además que hay que ganar ritmo en este regreso a Segunda División.
Iván estás haciendo un gran trabajo , pero por favor modérateeeeee, que te necesitamos a pie de campo para dirigir al equipo , no en la grada . Bueno poco a poco estamos cogiendo el pulso a la segunda división . Aunque cada partido será una batalla . pic.twitter.com/WBiQ2klfzp
— Hilario Obregon (@HilarioObregon) September 23, 2019
Aunque no es la primera ocasión en la que Hilario Obregón reconoce públicamente su pasión por los colores del Racing, es cierto que esta ha sido la vez que ha tenido una repercusión más mediática, al hacerse eco un medio tan popular como el diario Marca. El párroco no disimula que le hace cierta gracia la situación, y asegura que su única intención era aportar ánimo a la escuadra racinguista.
El caso de Hilario no es excepcional en el mundo del fútbol. En Inglaterra, las pasiones balompédicas de los párrocos suelen ser notorias, y no hace mucho se hizo viral la noticia del padre Brendan, que fue sorprendido por sus feligreses con una versión "angelical" del You never walk alone, el cántico de la hinchada del Liverpool, el día de su cumpleaños. Aunque los "reds" no pudieron ganar la Premier la temporada pasada para poner la guinda a su tarta, este año, el padre Brendan no disimula su alegría al ver que todos los pronósticos sitúan al Liverpool de sus amores como favorito al título inglés.
También mediático ha sido el caso de Wilson Malavé, al que se fotografió repetidas veces en medio de una barra brava con un bombo, como un hincha más del Barcelona de Guayaquil, un equipo ecuatoriano. El padre Wilson no es un desconocido para los aficionados al fútbol americano, y lleva ya unos años como un fan más. Cuando juega su equipo, no duda en cambiar la sotana por la camiseta barcelonista y suma su garganta a las del resto de los aficionados. "Ya era barcelonista antes de ser sacerdote", confiesa a El Telégrafo. Su pasión por el balompié no interfiere en sus labores eclesiásticas en la Iglesia de San Agustín (Guayaquil). Declara que ser sacerdote ha sido su vocación desde que tiene uso de razón y que los cinco años que lleva en la parroquia también le han servido para acercarse a los aficionados y al club en su día a día, lo que es perfectamente compatible con su principal misión pastoral.
