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Cultura | Reinosa

La llegada de Berni a casa de Pablito y la primera y última travesura de este, en casa de Hortensia

Capítulo 3 del cuento 'Berni' (Historia de un perro abandonado), de Alberto Gallo

Pablito puso todo su empeño en lograr que sus padres le permitieran tenerlo, sabía que la empresa era difícil pero el insistió con todos los medios que tenía a su alcance. Después de llorar y suplicar todo el día y ver que la cosa no fructificaba, pasó a métodos más convincentes; prometió que le iba a educar, que estudiaría más que nunca, que le cuidaría como si de un hermano pequeño se tratara y alguna que otra promesa más añadió a la retahíla de intenciones futuras, todo por lograr poseer aquel pequeño animal que le tenía embelesado...Por fin sus padres accedieron a la petición y se lo concedieron después de pensárselo bien, eso sí...con muchos recelos y algunas condiciones más, a sabiendas de la cantidad de pegas que pondría ‘Hortensia cara roja' cuando le viera patear por su casa.

Al pequeño cachorro le llamaron ‘Berni', nombre que unía las iniciales de sus padre, ‘ber' por lo de BERTA de su madre y ‘Ni' de NINO, que como sabemos se llama el padre.

Todo iba sobre ruedas, la relación de Pablito con Berni era ideal, juegos, caricias...era un peluche encantador, el morro chatillo y los ojos muy vivarachos, aprendía enseguida lo que se le enseñaba y disfrutaba con su amo de forma deliciosa. Los días pasaban y cada vez el cariño hacia Berni era mayor...hasta que...empezó a manchar con sus blandas patas las escaleras de la casa, a ladrar más fuerte de lo normal, a pegarse con sus amigos los gatos y todo un sinfín de problemas que Hortensia no estaba dispuesta a consentir.

Hasta que llegó lo más temido por la familia de Pablito ojos tiernos...un día por la mañana Berni estaba practicando su juego favorito que consistía en correr detrás de los gatos cuando se interpuso en su carrera un jarrón chino de la última dinastía ‘Tang' que Hortensia tenía como un tesoro en lugar destacado y resguardado de la casa...y...¡¡ocurrió el desastre!!

¡¡Siglos de arte e historia se hicieron pedazos en un santiamén!!

Debido al ruido que produjo el estropicio, apareció al momento Hortensia en el lugar del suceso, y casi la da un soponcio al ver la joya de la corona hecha trozos y esparcidos por el suelo. Este acontecimiento fue la gota que colmó el vaso en el aguante de ‘Hortensia cara roja'...Seguidamente empezó la retahíla de amenazas y desprecios...

¡¡Ahora mismo se va este animal de mi casa!!
¡¡No le aguanto ni un minuto más!!

Lo decía chillando, gesticulando y llevándose las manos a la cabeza mientras miraba el jarrón hecho añicos.
¡¡Y si no se va este perro os vais todos!!
¡¡Gentuza, que solo sois gentuza!!..
.añadía subiendo más el tono. Con esa escandalera aparecieron en escena el padre y la madre de Pablito, quienes viendo el desaguisado que se había montado, se temieron lo peor...A la vez Hortensia seguía voceando...
¡¡Ya sabía yo que algo de esto iba a pasar!!
¡¡El jarrón de mis antepasados!!

¡¡Qué tragedia!!