Ya ha pasado bastante tiempo y la situación de nuestros personajes ha cambiado a mejor. Nino responde con alegría a su trabajo, Berta y toda su familia, incluidos los gatos, viven en una casa humilde pero acogedora sin que nadie les reproche nada. Pablito puede seguir estudiando y sacando buenas notas como antes de la pérdida de Berni, todo gracias al salario que dignamente gana su padre, y además Pablito comparte el cariño de su mascota con esa bondadosa niña que le salvó de una muerte cierta.
Esta historia que acabamos de narrar nos da igual si la inventaron o la cantaron en noches de luna llena los duendes verdes, lo que verdaderamente nos hace felices es que el cuento terminó bien para Berni; dicen que era el perro que ladraba a las tudancas y eso le daba amparo.
Hay que tener en cuenta que de todas las mascotas que han sido abandonadas, solo unos pocos tienen la suerte de Berni; que si sobreviven al calvario del hambre y la sed y la falta de cariño, terminan atropellados por las ruedas de un coche o envenenados por una pócima letal, piénsalo y ponte en su lugar...
Así que colorín colorado este cuento de Berni el abandonado ni es mentira ni se ha acabado
