Enviado por ViveCampoo el 12/05/2018
Los que aún viven dicen que eran unas de las mejores tierras de la comarca, que ese vergel, además de ser fuente de sustento para la agricultura y la ganadería, también albergaba uno de los polos industriales más desarrollados de la época. La llegada de las aguas embalsadas partió todo ese progreso por la mitad y muchos tuvieron que emigrar para prosperar. El pantano regó de riqueza las sucesivas provincias por las que discurría el Ebro pero su cabecera se dedicó a la subsistencia. Las compensaciones, devaluadas con el paso del tiempo, llegaron tarde y en otros casos ni llegaron. La construcción del puente ?Noguerol' vendría a suturar la herida abierta en el valle y paliar así la incomunicación entre las dos orillas, pero se hundió antes de su inauguración. Un símbolo de la indiferencia de aquel gobierno por el futuro de este enclave que miraba Ebro abajo.
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