En un ambiente de fraternidad y compromiso cristiano, la ermita de Villacantid volvió a acoger este fin de semana la trigésimo cuarta edición de la Jornada de Voluntariado organizada por la Hospitalidad Diocesana. Esta cita anual, que se ha consolidado como un referente para los voluntarios de la diócesis, reunió a participantes llegados desde distintos puntos de la región.
La jornada comenzó con una eucaristía presidida por el párroco de Reinosa Romualdo Fernández, en la que se destacó el papel fundamental del voluntariado como motor de esperanza y caridad en la Iglesia.
"Este encuentro es un regalo. Nos permite compartir experiencias y renovar nuestro compromiso con los más frágiles", afirmó Carmen Alonso, responsable veterana en Campoo de la Hospitalidad Diocesana.
El entorno natural de la ermita de los Cagigales, con su valor simbólico y espiritual, ofreció el marco perfecto para una jornada marcada por la emoción, la música y los reencuentros. La Hospitalidad aprovechó también la ocasión para presentar nuevas iniciativas y convocar a los presentes a la próxima peregrinación diocesana a Lourdes.
