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Cultura | Reinosa

Vísperas de Navidad, la familia de Pablito bajo una fuerte nevada pedía en la calle

Capítulo 9 de cuento ilustrado 'Berni' (Historia de un perro abandonado), de Alberto Gallo

Simultáneamente en el tiempo, Pablito y su familia sobrevivían a cantidad de situaciones penosas que no habrían superado sin la ilusión y el coraje que Pablito iba sacando no se sabía de dónde...Animaba incansablemente a su triste familia a salir adelante, trabajaba cuando podía vendimiando, arreglando carretas, segando...esto lo podía hacer con el buen tiempo, porque cuando llegaba el invierno no le quedaba más remedio que pedir por la calle, ya que escaseaba el trabajo cuando las condiciones meteorológicas eran adversas.

En su caminar en busca de caridad llegaron a un pueblo...Era un día de invierno y estaban próximas las navidades...Allí estaban, tendidos en el suelo helado, con la mano extendida y tiritando de frío cuando pasó por allí un señor que iba acompañado de su perro.

Pablito, a pesar de la vista nublada por el hambre y el frío, observó que el perro que llevaba aquel señor se parecía....MUCHIIISIMOOO....A SU AÑORADO Berni; era ligeramente más mayor que él pero...tenía un aire...

El animal se volvió olisqueando, el dueño con suavidad le dijo "¡¡Vamos Lulo!!", y éste obedeciendo le siguió con toda diligencia jugueteando con los copos de nieve que caían pausadamente.

Pablito pensaba: "estoy delirando, el frío y el hambre no me dejan ver la realidad". Se decía: "¡¡No se llama Berni!!"
"...Así que estate tranquilo y sigue pidiendo para poder comer esta noche. Además, Berni vive con un titiritero y está enamorado de su perrita..."Al rato volvió a pasar el mismo señor, esta vez con su esposa y con una niña preciosa que llevaba al perrito atado con collar y cadena.

Pablito al ver de frente su cara pensó lo mismo de antes y se contestó de igual manera: "¡Deliras!¡Deliras! Berni estará haciendo circo con los titiriteros, decía esto mientras los tres pasaron a pocos metros de donde estaban Pablito, sus dos gatos, el padre y la madre; todos ellos pintados de blanco por la nieve que caía... al ver al perro por detrás una vez sobrespasado Pablito no se contuvo y un chillido escapó de lo más profundo de su ser...

"¡¡¡¡Beeerrnniiii!!!!"

El grito retumbó en toda la plaza, el hechizo se produjo, el perro se percató y miró hacia donde venía aquel desesperado alarido; el gesto del perro animó a Pablito que este volvió a romper el silencio pero esta vez con más fuerza...

¡¡¡¡¡¡¡Beeeerrrrnniiiiii!!!!!! ¡¡¡¡¡¡Beeerrrnniiiii!!!!!

Berni comenzó a volverse, abrió sus grandes ojos y vio que aquella persona que estaba arrodillada encima del nevero chillando, era ni más ni menos que ‘Pablito ojos tiernos', el ser con el que tanto había soñado.
El perro pinó las orejas y meneo fuertemente el rabo, la fuerza del cariño les llamó a los dos y sin poderse contener fueron al encuentro del destino, destino contrario al que años atrás les había separado.