La abuela de Olea, Valentina Díez García, celebró el pasado domingo su centenario. Hijos, nietos y bisnietos le rindieron un merecido homenaje con una ceremonia religiosa en la ermita románica de San Miguel, a escasos metros de su casa. Después de la misa, disfrutaron de una comida en un restaurante de la zona.
Ni la lluvia otoñal ni la edad impidieron a Valentina disfrutar de la compañía de toda su familia en una jornada especial; y también de la comida, de la que dio buena cuenta acompañada de un buen vaso de vino, eso sí rebajado con un poquito de agua y azúcar, como exigían los vinos recios a los que estaba acostumbrada su paladar en sus años jóvenes.
