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LaborESO | Reinosa

"En Togo había gente que comía una vez cada tres días"

Reportaje de la estudiante Lydia Valenciaga sobre el párroco y misionero Carlos Gangas

El párroco Carlos Gangas participó el día 6 de abril en una charla para conmemorar el Día Internacional del Deporte y la Paz. En esta entrevista, Carlos nos habla de su labor como misionero, de su día a día y de la importancia que tiene el deporte en temas tan significativos como las relaciones entre países.

- ¿De qué manera relaciona la paz con el deporte?

- De primeras parece que no, pero estos dos elementos tienen mucho que ver. Primero porque crea relaciones interpersonales entre aquellos que participan, y esas relaciones hacen muy difícil que en un momento determinado se vayan a enfrentar unos con otros, aunque un equipo sea adversario de otro, las relaciones establecidas entre ellos hacen distanciar totalmente aquellos elementos que pueda haber contra la paz.

- ¿Cómo supo que lo que quería hacer en su vida era ayudar en los países más pobres, ser misionero?

- Bueno, una persona no se despierta de un día para otro con una feliz idea, es un proceso que se va descubriendo poco a poco, el tiempo es la clave.

- ¿En qué países ha hecho misiones y cuánto han durado?

- Estuve en Togo diez años, luego vine a España y me quedé dos años, después fui a Mozambique donde estuve seis años, luego volví a España, estuve un tiempo y me marché a Chad otros seis años.

- ¿Qué vio en los países de África, como Togo o Mozambique para querer ir allí a ayudar y no a otro lugar?

-  En principio tenía pensado ir a Perú, América Latina, pero no pudo ser, así que me quedé voluntario para ir a cualquier parte y me enviaron a Togo. Al dejar Togo me propusieron ir a América Latina pero ya no quise, ya había entrado en contacto con África y no quería cambiar, así que decidí ir a Mozambique.

- ¿Cómo es el día a día de un misionero?

-  Eso depende del misionero, de sus intereses y orientaciones, y también del lugar en el que esté. Como yo he trabajado mucho en temas de desarrollo, el mío es levantarme a las 5:15, misa a las 6:00, después de la misa desayunar y a las 7:00 empieza el trabajo, que puede ser diseñar una construcción, dirigir una obra, comprar materiales...En Mozambique fui director de una escuela, así que por las tardes me encargaba de comprobar si todo había ido bien.

 

- Al ser países poco desarrollados, imagino que te encuentres situaciones muy difíciles, ¿cuál ha sido la que más te ha impactado?

- Por ejemplo, la zona en la que yo estaba en Togo es muy pobre, es la frontera con Burkina Faso. Digamos que había poco agua, y una presión importante sobre la tierra, entonces los cultivos eran pobres y a esto se le sumaba que los métodos de agricultura eran muy rudimentarios, todo esto derivaba en hambre, había bastante gente que comía una vez cada tres días. Quizás también fue lo que más me impactó porque era mi primer destino, aunque sí que es verdad que en otros países como Mozambique o Chad no había tanto hambre, más bien malnutrición.

- Obviamente, se comunicará con sus seres queridos cuando estás en una misión, ¿cómo lo hace?

-  Antiguamente cuando mi primera misión no había teléfonos ni mucho menos móviles, entonces la forma de comunicarse era por carta, aunque tardara un mes en ir y volver.

- Por último, ¿le gustaría decir algo a los lectores de Vive Campoo?

- Si son lectores que lo sigan siendo, lo importante es seguir leyendo, escuchando, informándose...la información es muy importante, y hay quizás demasiada pero hay que tenerla y seleccionar y hacer una síntesis propia. Me gusta incidir en la libertad y responsabilidad, libertad para leer de todo, y responsabilidad y criterio para seleccionar lo que realmente se necesita.