Después de 47 años, María José López Arenal, Teté para las numerosas generaciones de niños y niñas que han pasado por sus cuidados, se jubila este viernes, 26 de septiembre, en la Guardería del colegio Antares de Reinosa. Desde esta líneas te deseamos un feliz retiro y un más que merecido descanso.
A continuación, su hijo Fran le dedica unas bonitas y emotivas palabras:
Querida mamá,
Hoy el mundo se detiene un instante para celebrarte. Te jubilas, y al decirlo, siento una mezcla de nostalgia y un orgullo tan profundo que apenas me cabe en el pecho. Hoy no solo te despides de un trabajo, sino que recoges la cosecha de una vida entera dedicada a sembrar amor en los corazones más pequeños.
Elegiste la profesión de los héroes silenciosos. La de quienes construyen el futuro con paciencia, con canciones susurradas y con un suministro infinito de abrazos. Tu guardería no era un edificio, era un hogar. Un lugar mágico donde el eco de las risas se mezclaba con el olor a papel y pintura, y donde cada niño aprendía la lección más importante de todas: que eran dignos de ser queridos incondicionalmente.
Lo que quizás nunca supiste, Teté, es el superpoder que realmente tenías. No era solo calmar berrinches o enseñar a atarse los cordones. Era el poder de regalar paz. La paz de los padres que te entregaban su tesoro más preciado y se iban a trabajar con el alma tranquila, sabiendo que los dejaban en las manos más cálidas y seguras del mundo. Esa confianza no se gana, se inspira, y tú la inspirabas con cada gesto.
Te he visto llegar a casa cansada, pero con el brillo en los ojos de quien sabe que su día ha merecido la pena. Has dado tanto de ti, tanta energía, tanto cariño... que ahora el universo te lo devuelve en forma de tiempo. Tiempo para ti. Para tus pasiones, para tus pausas, para tus sueños.
Gracias por enseñarme, a través de tu ejemplo, que el trabajo más importante es el que se hace con el corazón. Gracias por cada vida que has tocado y por el amor que has multiplicado. Has sido el faro para muchísimos barcos pequeños que empezaban a navegar.
Ahora te toca a ti descansar y dejar que te cuiden. Disfruta de esta nueva etapa con la certeza de que dejas un mundo un poquito mejor y más bonito de como lo encontraste.
Te quiero y te admiro más de lo que las palabras jamás podrán expresar.
Feliz y merecidísima jubilación.
Tu hijo Fran.
