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Análisis

El Sur de Cantabria quiere seguir económicamente vivo

El Sur de Cantabria quiere seguir económicamente vivo
  • "El futuro más inmediato de nuestra comarca depende fuertemente del de su principal empresa, ahora incierto. Perder ese puntal, o buena parte de los empleos que aporta, sería un golpe demasiado duro para un territorio que se encuentra aún convaleciente de los tremendos golpes sufridos en las últimas décadas"

  • "La clave para la sostenibilidad económica de la comarca a medio y largo plazo pasa por apostar por la diversificación"

La actual incertidumbre en torno a la principal empresa de la comarca está generando una gran preocupación, a la cual me sumo. No obstante, los problemas económicos de nuestra comarca no son nuevos, sino que se remontan a una larga trayectoria de declive. Tengo la sensación, en muchas ocasiones, de que la magnitud de este deterioro no se percibe en su justa medida en el resto de la región, tal vez porque el Sur de la misma, como suele ocurrir siempre con todos los Sures, parece quedar muy lejos y tiende a ser el gran olvidado. En este artículo describo la evolución económica de Campoo-Los Valles, en comparación con el resto de comarcas de Cantabria, lo que sirve para poner de manifiesto la gravedad de su declive.

El gráfico 1 muestra la evolución de la población de las comarcas de Cantabria entre 1981 y 2015. La barra verde (referenciada al eje de la izquierda) recoge la variación del número de habitantes, en números absolutos; el cuadrado rojo (referenciado al eje de la derecha) refleja dicha variación como porcentaje de la población de cada comarca. Como se observa, Campoo-Los Valles es con gran diferencia el territorio de Cantabria donde más ha disminuido la población en las últimas décadas: desde 1981 ha perdido más de 7.200 habitantes, el 27,7% de los que tenía inicialmente. Mientras, el conjunto de la región ha ganado unos 72.000 habitantes (un 14%), un crecimiento que se concentra en la Bahía de Santander, la Costa Oriental y Trasmiera. Solo la Costa Occidental y Liébana, además de Campoo-Los Valles, han perdido habitantes, si bien en mucha menor medida que nuestra comarca.

La pérdida de población del Sur de Cantabria es consecuencia del deterioro sufrido por la actividad económicaen este periodo: la comarca ha perdido alrededor de 2.800 puestos de trabajo (en torno al 35% de los más de 8.000 existentes en 1980), fundamentalmente como consecuencia de ladestrucción de más de 2.000 empleos en sus principales industrias en los ochenta, que tuvo un enorme impacto en el conjunto de sectores de la comarca. Mientras, en Cantabria se han creado alrededor de 30.000 nuevos puestos de trabajo en este periodo, principalmente en las comarcas que, precisamente debido a ello, han incrementado su población. Empleo y población van de la mano: la actividad económica esvida para un territorio.

Gráfico 1. Variación de la población (1981-2015), por comarcas de Cantabria, en términos absolutos (número de habitantes) y porcentuales (%)



Fuente: elaboración propia a partir de datos del Instituto Cántabro de Estadística (ICANE)

El gráfico 2 muestra la evolución del empleo por comarcas entre 2004 y 2016, periodo para el que existe información comparable año a año, tomando el número de afiliados a la Seguridad Social en el mes de octubre. De nuevo, la barra verde recoge la variación en términos absolutos y el cuadrado rojo, en términos porcentuales. Tres comarcas han concentrado la creación de empleo en Cantabria en los últimos 12 años: la Bahía de Santander, Trasmiera y los Valles Pasiegos. Por el contrario, a la cabeza de la destrucción de empleo se han situado las comarcas del Besaya, la Costa Oriental y el Saja-Nansa. Campoo-Los Valles, en estos últimos 12 años, no ocupa la última posición en el ranking, a diferencia de lo que ocurriría si se toma un periodo más amplio. Tampoco es que le haya ido bien a nuestra comarca: entre 2004 y 2016 se han destruido 130 puestos de trabajo (el 2,4%) en términos netos. Pero, considerando la enorme sangría de las décadas precedentes, al menos el ritmo del declive se frenó sustancialmente. Por municipios, Reinosa continuó perdiendo puestos de trabajo, si bien otros como Valdeolea, Valderredible, Campoo de Suso y Campoo de Yuso crearon empleo en el conjunto del periodo, compensando buena parte de la pérdida de la capital.

No obstante, la evolución reciente del empleo en nuestra comarca cuenta con tres periodos bien diferenciados, como ilustra el gráfico 3, donde se compara con la del conjunto de Cantabria. En un primer periodo entre 2004 y 2008 el empleo creció fuertemente en nuestra comarca, a un ritmo bastante similar al del conjunto de la región. El Sur de Cantabria parecía empezar a superar la gran crisis de los ochenta. Sin embargo, llegó una nueva crisis: entre 2008 y 2013, se destruyó empleo intensamente, a un ritmo también similar al del conjunto de Cantabria. Finalmente, a partir de 2013 se observa una tendencia especialmente preocupante para la comarca: a nivel regional, aunque aún están lejos de recuperarse los niveles previos a la crisis, el empleo ha vuelto a crecer de manera notable; en cambio, en Campoo-Los Valles el empleo apenas se está recuperando. En Reinosa, donde se perdieron casi 600 puestos de trabajo entre 2008 y 2013, se han perdido otros 44 entre 2013 y 2016; en Campoo de Enmedio y Valdeolea, otros dos ejes de la comarca, la última crisis fue muy dura, mientras que la recuperación está siendo claramente insuficiente.

Gráfico 2. Variación del empleo (2004-2016), por comarcas de Cantabria, en términos absolutos y porcentuales


Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Seguridad Social

Gráfico 3. Evolución del empleo (2004-2016) en Campoo-Los Valles (eje izquierdo) y en Cantabria (eje derecho)


Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Seguridad Social

La noticia ha protagonizado los medios comarcales y regionales en los últimos meses, pero la situación de fondo no es nueva. Nuestra comarca viene sufriendo una grave crisis económica desde hace décadas, primero marcada por el abandono del medio rural y luego por la crisis industrial. Todo ello se ha traducido en un enorme declive demográfico que se prolonga hasta nuestros días, reflejado en la continuada emigración de miles de personas en busca de mayores oportunidades laborales y el envejecimiento de la población que queda en el territorio. El inicio del siglo XXI parecía marcar una nueva senda hacia la revitalización de la comarca. Sin embargo, la última crisis y la falta de recuperación vuelven a despertar la preocupación por su futuro, agravada ahora por las preocupantes señales que muestra la industria, su principal motor económico.

El futuro más inmediato de nuestra comarca depende fuertemente del de su principal empresa, ahora incierto. Perder ese puntal, o buena parte de los empleos que aporta, sería un golpe demasiado duro para un territorio que se encuentra aún convaleciente de los tremendos golpes sufridos en las últimas décadas. La fábrica ha de conseguir reforzar una posición puntera en su campo a nivel internacional, un esfuerzo en el que también las administraciones han de desempeñar un papel importante, teniendo presente la importancia estratégica y económica que tiene el sector, además de, en este caso, su papel clave para el equilibrio territorial. Con independencia de todo ello, la clave para el futuro económico de la comarca a medio y largo plazo es apostar por la diversificación. Sin perjuicio de mantener lo existente, considero fundamental tratar de sumar nuevas empresas industriales de tamaño mediano, así como reforzar el desarrollo de otros sectores. Una comarca que tenga cinco, o diez, o veinte sectores en los que base su actividad, será mucho menos vulnerable que una basada solo en uno o dos grandes ejes: una fábrica, o un sector, podrán ir mal, pero será mucho más difícil que todos ellos vayan mal a la vez; de hecho, suele ocurrir que el éxito de algunas fábricas sirve para compensar los problemas por los que pasan algunas de sus vecinas. La diversificación industrial y productiva no es algo que vaya a caer del cielo, sino que necesitará, como siempre ocurrió cuando las cosas salieron bien, del apoyo de unas políticas públicas que apuesten por ello. Unas políticas que no solo piensen en horizontes electorales a corto plazo, sino en la necesidad de actuar, esta vez sí, pensando a largo plazo. Pensando en que nuestros hijos y nietos, como antes nuestros abuelos, puedan tener oportunidades para vivir en esta comarca y que, con ello, la comarca, nuestro Sur, pueda tener una oportunidad para seguir viva también.

Marcos Fernández Gutiérrez es Profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Cantabria.
http://personales.unican.es/fernandezgm/
Twitter: @marcosfdezgtez