La ONG Adelante con África ha utilizado la subvención recibida por el Ayuntamiento de Reinosa para dotar de agua al Centro de Salud y Maternidad de la localidad de Kapangila, situada a 128 kilómetros de Mbuji Mayi, capital de la provincia de Kasai Oriental, en la República Democrática del Congo.
Este centro fue inaugurado a principios de este año para una población de 6.500 habitantes. "Es una infraestructura de vital importancia para los ochos poblados de la zona: Kapangila Centre, Bena Mutala, Maloba, Masasa, Dikenya, Kahadila, Malemba y Bowa", pues el centro más próximo lo tenían a más de 65 kilómetros, apunta Eloy Pedrajo Pérez, colaborador en Campoo de la ONG. El fundador de esta asociación es Evaristo Citeya Jikibila, sacerdote de la etnia muluba, que cursó estudios de empresariales, hace casi ocho años en la Universidad de Cantabria con una beca. Antes de su regreso a su país estudió la metodología de cooperación con el objetivo de comenzar a realizar proyectos de desarrollo en su país natal. Con los casi 2.500 euros aportados este año por el Consistorio de la capital de Campoo se han podido instalar dos cisternas de plástico de 2.000 litros cada una, donde se recoge el agua de lluvia para la limpieza y lavado de ropa del Centro de Salud. Según Pedrajo excavar pozos en aquella zona es inviable, pues las vías de agua subterráneas circulan a más de 90 metros de profundidad.
"Desde la Asociación agradecemos el apoyo del Consistorio, pues durante los últimos cuatro años Reinosa ha sido prácticamente el único Ayuntamiento de Cantabria que ha mantenido este tipo de subvención para Proyectos de Ayuda al Desarrollo de Países Empobrecidos", explicó Pedrajo. El resto del dinero procede, según el colaborador campurriano, "de nuestros socios y de varios empresarios y particulares de Cantabria que nos ayudan con cantidades muy variadas, para los distintos proyectos entre los que se emcuentra la construcción del Centro de Salud y Maternidad de Kapangila, cuyo coste ha sido de 86.940 euros.
La filosofía que mueve la ONG es trabajar mano a mano con los nativos para mejorar la educación, la salud y las condiciones de vida en África con la idea de que así se podrá ayudar a las generaciones futuras.
La primera aportación cántabra a la etnia muluba llegó hace cinco años con la compra de un tractor. Evaristo abandonó Cantabria convencido de la necesidad de mecanizar el campo y de mejorar las semillas, con el objetivo de conseguir abaratar los precios y mejorar la situación de los campesinos y de sus hijos. Con la aportación económica de ayuntamientos campurrianos, así con la aportación de los propios miembros de la ONG, pequeñas empresas de la zona, además de la inmensa cantidad de donantes de toda Cantabria, se consiguió pagar la cuantía del tractor, construir escuelas y, ahora contar con un Centro de Salud.