La patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Barruelo de Santullán sorprendió en la madrugada del 9 al 10 de noviembre a tres personas que se dieron a la fuga y fueron perseguidas durante nueve kilómetros. Fue necesaria la colaboración de la Guardia Civil de Polientes (Cantabria) para detener el vehículo, en cuyo interior había un silenciador, diferentes útiles de caza, así como rifles legalmente amparados y dos cabezas de ciervo macho (trofeos de 16 y 11 puntas) que habían sido cazados y abatidos ilegalmente, sin precinto, en horario prohibido (noche), con incumplimiento del plan técnico anual caza del coto y aprovechamiento abusivo de piezas de caza mayor.