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Opinión

Señas de identidad: Las galerías

Señas de identidad: Las galerías

"La galería en Reinosa era como el antiguo fogón, era el lugar de reunión de la tarde, el espacio de la conversación y sobre todo del descanso. También era el puente que enlazaba el mundo privado de la casa con el mundo exterior"

Las galerías de Reinosa tienen un esqueleto inverosímil, formado por huesos que sostienen un cuerpo translúcido y múltiple. Son auténticas fachadas de casillas de madera y cristales que alardean de su importancia dentro de la estructura urbanística, no sólo de Reinosa sino de muchos pueblos y ciudades de España. Estas galerías fachada, recogen toda la idiosincrasia del reinosano, son universos que se adentran en la calle, sobrevolándola, observando en privilegiada posición el transcurso de la cotidianidad, de la rutina diaria, a resguardo del clima extremo.

Con las primeras nevadas, las galerías cumplen su invernal cometido, seguir diariamente el trazado de los rayos del sol, buscarlos, apresarlos e introducirlos en las casas. Hay paredes de vidrio que llaman la atención del paseante en los meses oscuros -nubosos y nivosos- orgullosas de proteger la casa de las ráfagas del viento gélido, son galerías altaneras que desafían los rigores del clima, porque el reinosano quiere ver la vida pasar aunque esta casi se detenga con el frío. Siempre hay un momento para observar somnolientamente a los niños tirar de un trineo o lanzarse bolas de nieve.

El otoño es tiempo de calma y las galerías -sobre todo las que están apartadas de la artería principal de nuestra ciudad- mirando distraídas hacia plazas poco concurridas y calles escasamente transitadas, se muestran tal y como son: reflejos de un tiempo pasado en el que, relucientes, hacían brillar los múltiples cristales de la fachada de perfecta geometría. Las galerías, los miradores, contienen los efectos cambiantes de la luz y también las permutaciones de la historia. La galería en Reinosa era como el antiguo fogón, era el lugar de reunión de la tarde, el espacio de la conversación y sobre todo del descanso. También era el puente que enlazaba el mundo privado de la casa con el mundo exterior. Esa vida volcada hacia la calle, ese pasatiempo de mirar a los paseantes ha desaparecido de nuestras aficiones y, ahora, apenas tiene sentido contemplar una galería sin alguien asomado a sus ventanas, esas ventanas que unen ámbitos diferentes y espacios distintos.

La galería cuando llueve es el único refugio posible para continuar sintiendo el latido de la vida, esa rutina constante ahora empapada en agua. Las gotas de la lluvia transforman el cristal en un caleidoscopio, y más allá la calle adquiere, durante la primavera, el sabor del renacimiento en la quietud del anochecer. Asomarse por la ventana de la galería al caer la tarde produce el sosiego de lo antiguo, de la despreocupación, si se quiere, de la huida hacia el pasado.

En Reinosa, aunque el frío invente formas de hielo colgando de los aleros, siempre habrá alguien que arropado por los amplios ventanales de las galerías, observe con recogimiento, retraído, el transcurrir del tiempo en una ciudad que se debate entre una segunda oportunidad de vivir o el abandono progresivo.

Así son los rincones amurallados de vidrio y madera de Reinosa, sorprendentes y silenciosos.

Machado dijo algo parecido sobre los cristales y lo que representan...
"Monotonía 
de la lluvia en los cristales."

*Daniel Guerra de Viana (Reinosa, 1969): Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Cantabria. En los años noventa codirigió la revista universitaria Catacumba. Su prolífica obra está recogida en numerosas publicaciones así como en periódicos. También ha sido editor y el coordinador de Cuadernos de Campoo entre los años 2000 y 2013, una publicación indispensable que durante más de 15 años compiló y dio a conocer la historia, la geografía, el arte, la etnografía, etc. de Reinosa y la comarca campurriana. Laboralmente fue el coordinador general de la revista "Guía Cantabria del ocio", editada por la revista "Usado Cantabria"; profesor en el colegio San José-Niño Jesús de Reinosa; o jefe de estudios de la Escuela Taller de Reinosa hasta 2002. Posteriormente imparte clase en diferentes IES de Cantabria, entre ellos el de Nuestra Señora de Montesclaros.*

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