Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.
Puede obtener más información, en nuestra Política de Cookies.

La vista atrás

Se cumplen 25 años de la suspensión de pagos de Alfacel en Reinosa

Se cumplen 25 años de la suspensión de pagos de Alfacel en Reinosa

Imagen de archivo./ Vive Campoo

Cinco meses más tarde, la empresa, que elaboraba tripa artificial, cerró sus instalaciones y despidió a sus trabajadores; medio centenar procedían de la antigua ABB

Recientemente se han cumplido los 25 años desde que la empresa Alfacel, dedicada a la fabricación de tripa artificial en Reinosa, anunciara la suspensión de pagos, incumpliendo el acuerdo firmado con los sindicatos y dejando a medio centenar de trabajadores sin empleo.

Para la plantilla de Alfacel en Reinosa la noticia fue un mazazo, pues se dió la circunstancia de que eran trabajadores especialmente golpeados por la crisis. Más de medio centenar eran trabajadores fijos y excedentes laborales de ABB- Reinosa, empresa dedicada a la construcción de motores y generadores eléctricos y, entonces, su única esperanza fue que se cumpliera el acuerdo por el que fueron recolocados en Alfacel.

El pacto fue alcanzado con la mediación de la Sociedad Regional de Cantabria (Sodercan) y, en el mismo, ABB se comprometió a reservar el puesto de trabajo a los afectados durante 5 años, plazo que que no se había agotado, ya que el acuerdo se suscribió el 18 de noviembre de 1998. Hay que recordar que Alfacel recibió también dinero de ABB por cada empleado recolocado en su fábrica de Reinosa.

La situación se complicó pues por esas fechas la empresa ABB Reinosa fue vendida a un grupo holandés. Los nuevos compradores afirmaron que en la operación de compraventa quedaban exentos de mantener las garantías laborales que ABB se comprometió con esos trabajadores.

El caso supuso un duro golpe para la comarca campurriana, que veía cómo esta empresa dedicada a la fabricación de envolturas celulósicas, de reciente creación en el Polígono de Reinosa , con fábricas en Dueñas (Palencia) y Chicago (EE.UU), presentaba suspensión de pagos y anunciaba un plan de viabilidad.

Fuentes sindicales afirmaron entonces que, cuando la Administración concede ayudas a las empresas, tiene la obligación de supervisar su gestión y garantizar que se cumplan los compromisos adquiridos. Sin embargo, en el caso de Alfacel, no se ejerció ese control, lo que derivó en la pérdida de los puestos de trabajo y en un conflicto laboral que marcó a la plantilla y a la comarca campurriana, dejando a medio centenar de trabajadores en la calle.