La Consejería de Sanidad y la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales en Cantabria (ALCER) han compartido propuestas para mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta patología.
El titular de la Consejería, Raúl Pesquera, y los responsables de la Asociación han mantenido el primer encuentro institucional para analizar las necesidades del colectivo y evaluar los proyectos conjuntos.
Durante el encuentro, se han analizado diferentes peticiones del colectivo, que serán de inmediato trasladadas al Servicio Cántabro de Salud.
Además, la Dirección General de Transformación Digital y Relaciones con los Usuarios, cuyo titular, Santiago García Blanco, ha participado en la reunión de trabajo, realizará una encuesta de calidad y asistencia a los usuarios del sistema de salud, para conocer la experiencia de los pacientes durante el proceso clínico, tener el reporte de su nivel de satisfacción y avanzar en la mejora de todos los servicios asistenciales.
Por su parte, los responsables de ALCER en Cantabria también han hablado con el consejero de Sanidad y con el director general de algunos proyectos de este colectivo, bien de forma individual o con el apoyo de la Consejería de Sanidad, como la iniciativa de vivienda de tránsito, dirigida a enfermos renales de fuera de Santander o de Cantabria, que necesiten cualquier tipo de trasplante en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla o que sean objeto de un tratamiento hospitalario que no requiera ingreso.
Por último, ambas partes han coincidido en señalar la necesidad de potenciar la Escuela Cántabra de Salud como una herramienta clave para promover la participación de las asociaciones de pacientes e impulsar el autocuidado.
Desde hace cuatro décadas ALCER trabaja en Cantabria para concienciar y sensibilizar a la sociedad sobre las enfermedades renales. Además, esta asociación atiende las necesidades de información, sociales, psicológicas, nutricionales, legales y laborales de las personas afectadas por estas patologías.
Entre sus objetivos se incluye la atención, apoyo y representación de los enfermos renales y sus familias, paliando los problemas de índole social, económico, psicológico y sanitario, que afectan a las personas con insuficiencia renal crónica y trasplantados de cualquier órgano sólido.