Habla con la intensidad y la vehemencia de las personas que creen en sus proyectos. Hace cuatro años que ha vuelto de Salamanca, y desde entonces no ha parado de visitar ayuntamientos y asociaciones divulgando lo necesario que es activar el cerebro para alcanzar el bienestar. Sandra Amor ha comenzado esta semana a impartir el tercer Taller de Estimulación Cognitiva del ayuntamiento de Reinosa, y pretende que los asistentes conozcan de una forma sencilla el funcionamiento de su mente porque asegura que les beneficiará. Además de este curso, imparte otros de psicomotricidad, de resolución de conflictos y mediación, conferencias en la Universidad Permanente (UNATE) sobre habilidades sociales o educación emocional, y ahora está buscando la forma de contribuir a que los escolares obtengan mejores resultados con técnicas de estudio y concentración. Confiesa que lo suyo es vocacional, no la ha costado convencernos.
Sandra, psicóloga y mediadora de formación, está muy satisfecha porque muchos de los anteriores alumnos repiten en la tercera edición del taller de Estimulación Cognitiva. Un título que encierra un contenido práctico dedicado a ejercitar la memoria, desarrollar la concentración o la lógica. Todos los lunes realizan un cuadernillo de ejercicios en el aula, y por si se olvida, otro para casa. De deberes, sopas de letras y lecturas. Además, matiza que cada vez se apunta gente más joven. Se trata de "que las personas tomen conciencia de que siempre pueden seguir aprendiendo".
Por otra parte, en los talleres de psicomotricidad que también imparte, se potencia mucho la expresión corporal. Realizan juegos, interpretan obras de teatro, controlan la respiración y se ríen. Todo para "tomar conciencia del propio cuerpo y lograr el bienestar psíquico y físico". Trabaja con dinámicas en equipos para hacerlo participativo: "utilizamos la música, cantamos, bailamos y pasamos un buen rato. En las clases hay que dejarse la vergüenza fuera", advierte.
La psicóloga garantiza que las consecuencias se ven también a corto plazo, "pronto se van a sentir mejor. Si la persona encuentra su espacio idóneo, puede hacer lo que le dé la gana, pero hay que buscarlo".
En el caso de los talleres de Valderredible -dirigidos a mayores de 60 años-, enumera factores como la soledad, la dispersión de los pueblos o el clima, para no favorecer la comunicación entre las personas. "He encontrado casos de personas con baja autoestima", pero cuando las clases comienzan y los participantes "se abren a lo nuevo y puedo meterme en su micromundo, disfrutamos mucho". Además, estas clases las mantienen activas porque se vuelven a reunir y tienen la ‘obligación' de hacer la tarea.
Sandra sostiene que disfruta estando en contacto con las personas. "Cada clase es diferente y la forma de abordarla también". Aun así, precisa que ella puede guiar, pero cree en la "autosuficiencia de las personas". Se trata de aplicar una psicología positiva, "cambiar el chip" de las personas que han recibido una educación más acostumbrada al castigo.
Cuando volvió a Cantabria, amplió su formación de psicóloga con un máster de mediación. Como proyecto, unas compañeras y ella crearon la Asociación de Mediación de Cantabria, Amecan, y en poco tiempo el número de asociados aumentó hasta el centenar. Realizan talleres de resolución de conflictos, habilidades sociales, cooperación y educación emocional. Y también han puesto en marcha un proyecto de mediación escolar en La Salle de Los Corrales de Buelna.
Considera que hay que sensibilizar a la sociedad de que hay otra manera de solucionar los problemas, y con estos cursos de mediación dirigidos a los estudiantes, se pretende "poner una semilla desde la base, cuando se es joven". En este sentido, ya ha trabajado con alumnos del IES Montesclaros, y es bastante probable que se repita la colaboración.
Por otra parte, la psicóloga y mediadora también ofrece una formación más teórica a través de charlas y conferencias de la Universidad Permanente (UNATE), por varios municipios de Cantabria, sobre envejecimiento activo y Escuela de Psicología: comunicación humana, habilidades sociales y educación emocional.
En definitiva, variedad de programas dirigidos a distintos colectivos, "para poner en marcha el cerebro, que es de lo que se trata", concluye.