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Cultura | Reinosa

Rufianes, esclavos y antimujeres en la Reinosa del siglo XV

Rodrigo de Reinosa, un juglar con denominación de origen

La figura que representa Rodrigo de Reinosa sería, según José María de Cossío, la de "un juglar, un trotamundos o un viajihablante" que llevaba a cabo su actividad por numerosos pueblos y ciudades de la península. De hecho, en ciertos textos hace gala de un profundo conocimiento (adquirido presumiblemente en primera persona) de la particular forma de hablar de los negros, los rufianes o las prostitutas en lugares como Sevilla. Parece entonces que se trataba de un poeta popular, aunque no de los más incorrectos, que cantaba y vendía sus obras y su ingenio por calles, ferias, mercados y plazas. Además, existen evidencias que muestran como sus pliegos se producían en distintos lugares: Medina del Campo, Toledo, Burgos, Barcelona o Sevilla. Sus textos quedaban recopilados en los denominados pliegos de cordel, se trataba de una compilación de láminas que se exponían para su venta en una especie de tendal con cuerdas (por lo que actualmente se conoce a este tipo de obras como literatura de cordel).

 

Una biografía poco conocida

Poco se sabe de la biografía del poeta pues, si bien no existen documentos que aludan a ello, sus obras tampoco evidencian muchos datos de interés a este respecto. Sería Menéndez Pelayo quien, atendiendo a su apellido, propusiera Reinosa como patria para el poeta. Lo cierto es que el apellido Reinosa no era común en aquel tiempo, no obstante ya existía la costumbre de adoptar el pueblo natal como apellido especialmente en huérfanos, y gentes de origen humilde (como parece que era Rodrigo). Encontramos así numerosos ejemplos de autores que adoptaron topónimos como parte de su nombre: Juan de Agüero (que se dio a conocer como Juan de Trasmiera), Alonso de Toro o Antón de Montoro). De este modo, cabría considerarle como uno de los primeros poetas montañeses de nombre conocido.

El único aspecto del que dejan constancia los textos del poeta es el momento en que vivió. Así, a través de una de sus coplas (en concreto en un diálogo entre un ventero y un escudero), presenta como suceso próximo la muerte del Rey Don Enrique, acaecida en 1474. Además alude a la "reciente existencia de la Santa Hermandad", reorganizada en 1476. Por su parte, las fechas de impresión más tardías de sus pliegos podrían encontrarse en torno a 1513-1540. De todo ello se deduce que la actividad de Rodrigo de Reinosa se ubica entre finales del s. XV y principios del XVI.

Todo un mosaico humano de la época

La obra de Rodrigo de Reinosa goza ya de una sólida reputación tanto dentro como fuera de nuestra región. Hasta nuestros días ha llegado incompleta y un tanto fragmentada, contándose actualmente unos 14 pliegos y más de 50 poemas.
Realmente se trata de una producción muy interesante pues, si bien no presenta formas tan cuidadas como la literatura cortesana, lo cierto es que presenta un extenso mosaico humano, a través del cual quedan perfectamente estudiados arquetipos como el rufián, el negro, la prostituta, etc.

Sus temas se encuadran en torno a tres grandes tópicos: la religiosidad, la crítica social y política y el erotismo (con un claro predominio de la figura de la mujer). Quizá la parte más refinada y cuidada de su producción sea la dedicada a los temas religiosos, de ellos su obra más destacable es El Cancionero de Nuestra Señora, donde compila toda una serie de villancicos y coplas al nacimiento del Niño Jesús. Las conocidas como Coplas del huevo y Coplas de las comadres, son las producciones más reseñables en lo tocante al tema de la sátira a la antimujer (ridiculizando y criticando los vicios y debilidad mujeriles). Estas ridiculizaciones se extendían también a los rufianes, prostitutas y otras figuras del ambiente urbano y rural (temática que lo asocia con la Celestina de Fernando de Rojas). El tema de los negros es quizá uno de los mejor considerados en el autor ya que, desde la introducción de los esclavos por parte de los portugueses en el s. XV a las ciudades peninsulares, compone uno de los mejores y más tempranos documentos sobre los esclavos negros en España. Hace además una crítica en clave satírica a diferentes cuestiones sociales y políticas de actualidad en el momento. Aunque poco frecuente, el tema pastoril también aparece reflejado en sus textos, evitando los clásicos amoríos entre un caballero y una pastora, para rozar elementos más asociados a la denuncia de clase.

Por su parte, la labor de Rodrigo de Reinosa se centró en la refundición de romances, una interesante actividad típica también de juglares, clara muestra de ella sería la obra De una gentil dama y un rústico pastor.