Una peluquería de Matamorosa ha sido objeto de un robo en la tarde del pasado miércoles, 12 de diciembre, sobre las 17.40 horas y cuyo resultado ha sido la sustracción de un teléfono móvil y la recaudación obtenida de dos jornadas de trabajo en el salón de belleza de la capital de Campoo de Enmedio.
Tal y como ha relatado a este medio la dueña del negocio, una mujer de unos cuarenta años, con acento magrebí, de constitución delgada, con una altura próxima al 1,60 metros, posiblemente embarazada y vestida con una chaqueta beige de lana y un gorro negro en la cabeza, entró al salón de belleza solicitando un champú. Entonces la peluquera se acercó al almacén para buscar el producto y no se percató de que la presunta ladrona la siguió hasta su interior. Cuando la dueña se giró y la vio frente a frente le dijo que ese espacio era privado y le pidió que lo abandonara. A continuación se acercaron juntas hasta el mostrador para cobrar el producto pero la mujer sacó un billete de 500 euros y la peluquera le respondió que se trataba de un producto de 4 euros y no tenía cambio. En vista a su respuesta, sacó nuevamente otra billete de 100 euros que tampoco fue aceptado por la propietaria del negocio, ya que en base a su modo de actuar consideró que podrían ser falsos, y la sugirió que buscará cambio si quería llevarse el producto.
A medida que avanza la conversación, la fue increpando y arrinconando contra la ventana más próxima al mostrador pero, por fortuna, la situación no fue a más y la mujer abandonó el salón de belleza sin el chamú ante el estupor de las cuatro personas que había en el local (dos peluqueras y dos clientas). Fue 10 minutos más tarde cuando la segunda peluquera entró en el almacén y comprobó que había desaparecido su teléfono móvil, presumiblemente cuando la mujer siguió a la dueña del negocio al interior de la estancia unos minutos antes. Además, instantes después se percataron de que también les habían robado la cartera donde guardaban la recaudación de los servicios realizados, que tenía en la parte inferior del mostrador, donde fue arrinconada la dueña, y que para desgracia del negocio contenía la recaudación de toda la jornada y del día anterior.
Acto seguido, llamaron a la Guardia Civil, cuya respuesta en palabras la víctima del delito no fue satisfactoria ya que no se personaron en el local y tuvieron que llamar nuevamente, con casi dos horas de diferencia, y recibieron como contestación que tendrían que acercarse al cuartel para formular la denuncia porque los agentes había tenido que salir debido a otro aviso.
Una falda o un vestido para él
Por otro lado y también en Matamorosa, el día antes de lo ocurrido en la peluquería, se producía un hecho cuanto menos curioso y ciertamente sospechoso. La propietaria de una mercería próxima recibía la visita de un hombre, "muy educado desde el principio", que le preguntaba por una falda para él, a lo que le contestó la dependienta que las que tenía a la venta le estarían grandes. Tras valorar la situación, el hombre que entró en el establecimiento portando una bolsa grande medio llena, solicitó a la dependienta un vestido. "Este me temo que te va a quedar pequeño", señaló ella. Por su parte él insistió en ir al probador, algo de lo que la dependienta le avisó que carecía. "Pues dentro, en la trastienda ", insistió el cliente. "Lo siento, pero no es un probador", le informó la dueña al tiempo que le propuso que comprara la prenda, se la probara tranquilamente en casa y si no le valía se le devolvería el dinero. Con las mismas el hombre salió del establecimiento, metió la bolsa al coche y se marchó.