Desde hace ya algún tiempo, el Jardín Botánico de Nestares, ademas de zona de esparcimiento para pasear por la ribera del Ebro, también se ha convertido en polo de atracción para los adolescentes y jóvenes que se desplazan hasta este espacio para compartir sus noches de fin de semana. El problema surge con la ingesta de alcohol y la desafortunada decisión de ensañarse con el mobiliario urbano, pagado con los impuestos de todos los vecinos e instalado para hacer de este jardín un lugar más bonito y accesible.
El Ayuntamiento de Campoo de Enmedio, en colaboración con la Guardia Civil, ante los daños causados en los pasamanos, barandillas o cartelería, ha puesto el foco de atención en esta situación y se plantea aplicar medidas: aumentar la vigilancia en la zona e incluso contempla la posibilidad de instalar cámaras de videovigilancia para identificar y sancionar a quienes destrozan lo que otros sí disfrutan y necesitan.