A mediados de agosto de 1999 se inauguró la reforma de iglesia de La Aguilera, localidad del municipio de Las Rozas de Valdearroyo, después de una década cerrada al culto. En la actualidad, y desde hace 13 años, solamente se dice misa una vez al año coincidiendo con la fiesta.
El obispo de Santander, por esos años, José Vilaplana, acompañado del párroco, José Luis Tejería, fue el encargado de inaugurar las obras realizadas en el templo de San Miguel. El obispo agradeció entonces a Tejería el esfuerzo realizado en la ejecución de los trabajos que supusieron una profunda restauración y acondicionamiento del edificio. Vilaplana mostró su gratitud, también, a todas las personas que intervinieron para reabrir el culto en este templo. El presupuesto de las obras fue sufragado por el Gobierno regional, el Obispado y el Ayuntamiento de Las Rozas de Valdearroyo y ascendió a tres millones y medio de las antiguas pesetas. La actuación consistió en la reparación de la cubierta y el interior del templo.
La iglesia de San Miguel de La Aguilera es un pequeño edificio del gótico rural, que podría datar de finales del siglo XIII, tiene cubierta de bóveda de cañón apuntado en el ábside. En el interior destaca un retablo de mediados del siglo XVIII y algunas tallas también barrocas.
Iglesia de Villasuso
A unos pocos kilómetros de La Aguilera, en línea recta, y también el mismo mes de agosto de 1999, comenzaron las obras de restauración de la iglesia de Santa Lucía de Villasuso, localidad perteneciente al municipio de Campoo de Yuso. En este caso se acometió la renovación total de la cubierta, con un presupuesto de once millones de pesetas, que fueron aportados por el Gobierno regional.
Las obras realizadas en este templo del siglo XVI, construido en piedra de sillería bien labrada, se centraron en la renovación del tejado, pero también permitieron consolidar la espadaña y la ejecución del saneamiento perimetral del templo, que desde un año antes, a petición de los arquitectos del Gobierno autonómico, permanercía cerrado al culto, debido al progresivo aumento de las grietas en la fachada que alcanzaban también los arcos de la nave.
Daños en el templo de Lanchares
Una descarga eléctrica generada durante una tormenta de lluvia, viento y granizo, también en agosto de 1999, hace 25 años, partió en dos trozos la espadaña de la iglesia de Lanchares, municipio de Campoo de Yuso, arrojando parte de las piedras sobre el hastial del templo, produciendo graves daños también en la cubierta, cuya reparación supuso el posterior desembolso de cuatro millones de pesetas y la colocación, además, de pararrayos.