Cuando en 1991 el servicio se limitó a las mercancías, el trayecto entre León y Bilbao era de 12 horas, reduciéndose en su reinicio en 2003 a 7.30 horas
Este año es el décimo que la infraestructura está gestionada por ADIF, mientras que los servicios ferroviarios de pasajeros son prestados por RENFE
La reapertura del servicio de pasajeros de la línea ferroviaria de La Robla cumple 20 años, un nuevo hito para esta histórica infraestructura cuya puesta en servicio se remonta a 1894. Fue precisamente la estación de Los Carabeos, en Valdeprado del Río, el lugar elegido para albergar la ceremonia de inauguración del tramo principal de la línea (Valmaseda-La Robla). El 11 de agosto de hace 129 años llegó a la terminal campurriana un convoy procedente de cada extremo del trayecto. Allí se dieron cita las autoridades civiles, militares y religiosas de las provincias afectadas.
El ferrocarril de La Robla, considerado el trazado de vía estrecha más largo de Europa Occidental, es una línea férrea de 335 kilómetros que originalmente enlazaba La Robla (León) y Bilbao (Vizcaya), y que atraviesa la comarca campurriana dejando cuatro estaciones y un apeadero; dos en el municipio de Las Rozas de Valdearroyo, dos en el municipio de Valdeprado del Río y, la estación de Mataporquera en Valdeolea. El objetivo principal de La Robla era acercar la importante producción carbonífera de las cuencas mineras leonesa y palentina a su consumo en la poderosa industria siderúrgica vasca de aquellos años. Años después, en 1949, la construcción del Embalse del Ebro obligó a construir una variante, eliminando así la mayor recta del trazado, que alcanzaba más de 6 kilómetros.
Con la aprobación de un plan de modernización, la sociedad de La Robla, propietaria de la línea, no pudo hacer frente a este plan y entró en pérdidas. Desde 1983, la línea se vio favorecida al ser utilizada también por el tren turístico Transcantábrico, un servicio de lujo que se convirtió en el primer tren-hotel turístico de España.
En 1991 cesó su utilización para el tráfico de pasajeros, dejando solamente la línea al tráfico de mercancías, con tres trenes diarios de carbón y otros tres de arena desde Arija (Burgos) hasta Bilbao. Tras varios convenios con la Administración pública en 2003, es decir hace 20 años, se reanudó el servicio de pasajeros entre León y Bilbao. El último tren con carbón recorrió las vías en 2015 y, seis años más tarde, a finales 2021 finalizó también el transporte de arena de Arija. En la actualidad la línea entre León y Bilbao solamente es de pasajeros con un tren diario, en cada sentido, que se cruzan sobre las 18.00 horas en la estación de Mataporquera. El billete entre León y Bilbao, o viceversa, no llega por unos céntimos a los 26 euros.
La medida del cierre del servicio de pasajeros resultó muy impopular en las diferentes zonas afectadas. Tanto los ayuntamientos como las distintas asociaciones y coordinadoras emprendieron acciones para conseguir la restauración de la línea, logrando un acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, que invalidó el decreto anterior, y lo sustituyó por un plan de reapertura paulatina. Así el 19 de marzo de 2003, hace veinte años, tras un convenio entre FEVE y la Junta de Castilla y León, se reanudó el recorrido entre León y Bilbao como servicio de pasajeros de trenes regionales. Asimismo, se reanudó el uso del Transcantábrico, llevándose a cabo una importante inversión para la modernización y mantenimiento de la línea. En febrero de 2009, el nuevo presidente de la compañía, presentó el Expreso de La Robla, un tren turístico similar al Transcantábrico que, a partir de septiembre, de ese año, comenzó a realizar el recorrido León-Bilbao con secciones para docencia, reuniones y estudio, y otra para alojamiento de estudiantes, con el objetivo de visitar los atractivos turísticos y culturales del recorrido con una finalidad didáctica.
Desde el 1 de enero de 2013, la infraestructura está gestionada por ADIF, mientras que los servicios ferroviarios de pasajeros son prestados por RENFE Cercanías AM y los servicios de mercancías por RENFE Mercancías, ambas divisiones de RENFE Operadora.
El tráfico se interrumpió solo en dos ocasiones
Sólo en dos momentos el tráfico de la línea se vio interrumpido de punto a punto. La primera en 1936 y 1937, durante la Guerra Civil. Pese a que en sus primeros días la línea fue asegurada en León por el Ejército sublevado contra el Gobierno constitucional de la República, los militares franquistas no pudieron evitar que en febrero de 1937 fuera atacado por las tropas republicanas, que destrozaron los raíles.
La segunda vez que se cortó el ir y venir de los convoyes fue en 1992. Y casi supuso el fin definitivo de la línea si no hubiera sido por el empeño de los habitantes de la zona transcantábrica, logrando un año más tarde un acuerdo con el Moptma, la Junta de Castilla y León, Feve y los sindicatos que invalidó el decreto anterior, y lo sustituyó por un plan de reapertura paulatina. Así, en noviembre de 1993 fue reabierto el tramo Matallana-Cistierna, y en 1995 el Cistierna-Guardo. El 19 de marzo de 2003 se reabrió el tráfico entre León y Bilbao y la duración del viaje se redujo a 7 horas y media, tiempo que se mantiene más o menos en la actualidad.
Mataporquera y la olla ferroviaria
Mataporquera, la capital del municipio de Valdeolea tiene la peculiaridad de tener dos estaciones de ferrocarril, ambas estaciones están en paralelo y son adyacentes.
La estación de vía estrecha, anteriormente de La Robla- Feve y ahora Adif, es un complejo ferroviario ubicado en el núcleo urbano. Consta de un edificio de viajeros de tres alturas en su núcleo central y dos alturas en sus alas laterales. Dispone de un total de cinco vías: tres con acceso mediante andén (dos andenes: uno lateral y otro central) y otras dos vías cuyas funciones son logísticas y de apartado de trenes de mercancías. La estación fue inaugurada el 14 de septiembre de 1894. Su construcción corrió a cargo de la Compañía del Ferrocarril Hullero de la Robla a Valmaseda. La línea y la estación pasaron a estar gestionadas por FEVE el 6 de enero de 1972, la cual se encargó tanto de la infraestructura como de la explotación ferroviaria. FEVE mantuvo la gestión hasta el 1 de enero de 2013, cuando, debido a su disolución, la titularidad de la infraestructura pasó a manos de ADIF.
La olla ferroviaria, así llamada en Mataporquera, es un invento culinario de los antiguos maquinistas, fogoneros y guardafrenos del ferrocarril hullero de La Robla.
Las jornadas de trabajo y la duración de los viajes de los trenes de mercancías eran largas, obligándoles a agudizar el ingenio para buscar soluciones a la hora de preparar la comida.
La olla típica de Mataporquera es un guiso de patatas con carne de ternera, aunque también se realiza con pescado como congrio o bonito y de legumbres como alubias con almejas y garbanzos.