Escuchamos día tras día que los ataques de lobo son frecuentes y cada vez más cerca de los cascos urbanos, algo que ya está más que normalizado, lo cual no debería. Llenamos bocas hablando de que las protecciones al lobo son pequeñas y es un animal en peligro de extinción. Nadie pide extinguir, pero sí controlar. Sin embargo, los propietarios del resto de animales, ya sean vacas, yeguas, ovejas, cabras o cualquier otro ser vivo, sufren las pérdidas que ya no solo son económicas, que también, sino materiales y sentimentales, algo bastante más importante.
Es curioso que la mayoría de las personas que opinan sobre este tema no viven, o no conviven mejor dicho, en zonas rurales donde se sufren estos actos. El lobo o canis lupus es un animal en presencia bonito, pero en su hábitat, el monte. Este hábitat que dicen que estamos "ocupando" los humanos según muchos "expertos incultos" sobre el tema no es el suyo.
Bien, aquí, el 4 de marzo 2025, a 40 metros de casas, con 12 días de vida muere un potro. Una madre sin hijo, todo por un depredador que le apetece "jugar" en la noche. La foto de sus huesos y de la cabeza ensangrentada mejor me la ahorro porque se suele censurar y eso que no les da tanta pena a algunos. También una ternera mordida. No sé si este será el hábitat natural del lobo, o quizá todos los que vivimos en este valle, exactamente en Matamorosa (Campoo de Enmedio), con unos 1.300 habitantes, que unido a Reinosa (unos 8.500 habitantes) estemos muy confundidos.
Quizá llegue el día que nos levantemos y le tengamos esperando a la puerta del coche, quizá llegue el día y ataque un niño, quizá llegue el día que mueran perros domesticados. Quién sabe, quizá. A día de hoy hemos domesticado al lobo. Todo hecho acaba trayendo consecuencias, y si, ahora nosotros lo sufrimos. Lo sufrimos los ganaderos, los propietarios de animales por hobbie y también los vecinos que viven con miedos al atardecer, a la noche y al amanecer. Ya no hay horas, ya no hay días marcados en calendario, ya no hay lunas llenas de lobo. Ya no hay límites.
¿Será que para vivir unos tienen que morir otros? Recordar, cómo bajaron del monte a los pueblos más bajos, llegarán poco a poco a ciudades. He ahí cuando habrá o se intentará, tarde, tener un control sobre esta especie. Repito, tarde, será muy tarde. No bastará con cuatro acciones, sino que habrá que matar muchos, y eso sí que será una pena, para algunos. Es curioso que los miles de animales que están sufriendo estos ataques no den pena respecto a esta especie en específico. Ahora somos "pocos" los que sufrimos estos ataques porque respecto al número de habitantes contra una ciudad somos como un grano de arena en una montaña. Pero todo llega.
Todo a su tiempo. Todo es difícil antes de volverse fácil.