Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.
Puede obtener más información, en nuestra Política de Cookies.

Opinión

"¡Qué barbaridad!"

Foto: Meteocampoo

"Las geniales obras urbanas que se hacen en Reinosa me provocan un nudo en el estómago"

En Reinosa están mis raíces, esta pequeña ciudad entre montañas me ha visto crecer y lo que es peor, yo la he visto morir.

Ciudad pequeña pero importante, con sus casas montañesas de piedra y sus galerías de madera que protegían del frío y la nieve. Convirtiéndose durante una época en ciudad-balneario transformando así parte de su arquitectura con toques más afrancesados, casitas de líneas suaves que aún hoy se pueden disfrutar paseando por el parque de Cupido.

Tristemente llegó un día en el que toda esa belleza empezó a decaer, un edificio de pisos aquí, otro allá siguiendo esa moda tan espantosa y tan española de construir barato, grande y marrón, con una falta absoluta de criterio estético destruyendo una identidad colectiva.

Reinosa ha sufrido un declive del que dudo mucho que pueda volver a levantarse gracias a un Ayuntamiento que ha permitido verdaderas barbaridades hacia su patrimonio arquitectónico y urbanístico.

Hace ya unas dos décadas que me marché tanto de la ciudad que me amamantó como del país al que por burocracia pertenezco, haciendo que siempre que vuelvo a Reinosa no pueda evitar tristeza, decepción y enfado. No sólo porque la población haya disminuido por la falta de oportunidades laborales o por ver una fábrica aguantada con hilos a la que ya nadie quiere salir a defender, lo que más me entristece es que mi querida Reinosa ha estado en manos de caciques durante casi dos décadas, políticos que han deshecho más que han hecho viendo como una ciudad cae en el abandono contribuyendo todo y más al destrozo de nuestro patrimonio con obras aparentemente modernas resultando en realidad vergonzosas.

En la carrera me tocó elegir una rama en la que especializarme, escogiendo la de interior con la idea de preservar un patrimonio ya existente y así conservarlo; lo que me provoca un nudo en el estómago cada vez que veo las "geniales" obras urbanas que se hacen en Reinosa. ¿La última gran idea? La Plaza Mayor... ¡Qué barbaridad! No tengo ni palabras para describir esas formas, esos desniveles, esos materiales... Poca arquitectura costumbrista nos queda en esta ciudad, sin embargo la zona de la plaza era un pequeño resquicio resistente. Para coronar esta gran reforma sin sentido están apareciendo grietas tanto en el Ayuntamiento como posiblemente en los edificios aledaños; este tipo de arquitectura tradicional, de manera general, carece de cimientos, son estructuras de madera apoyadas sobre el terreno sosteniendo su propio peso entre ellas, cosa que las cabezas pensantes del Excelentísimo Ayuntamiento de Reinosa no han debido tener en cuenta; no solo se nos hunde la Avenida Puente de Carlos III, insalvable a estas alturas gracias una vez más a la gestión del partido regionalista.

Lo lógico es que en vez de continuar con la obra, hicieran un estudio en condiciones para ver hasta donde llegan (o pueden llegar) las heridas que poco a poco se van abriendo en la fachada y suelo del ayuntamiento; y mientras tanto no puedo evitar preguntarme ¿También van a abandonarlo y a dejar a más vecinos y negocios sin hogar?.

El Ayuntamiento de Reinosa se ha dedicado durante décadas a arruinar la memoria colectiva, olvidándose de que el urbanismo forma parte de lo que somos como pueblo, es parte de nuestra esencia.

Por Leonor G. de Soto Acha