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Así estamos | Reinosa

Los primeros zarpazos del oso

La colorida obra de Okuda ya presenta algún desperfecto superficial

Después de encontrar cobijo el pasado mes de febrero en Reinosa, algún furtivo ya ha propinado más de un zarpazo al Oso de Okuda. Ni la docena de obreros que montan guardia a tres relevos en la otra orilla del Ebro han conseguido ahuyentar a los responsables de haber causado las desafortunadas marcas que el plantígrado luce en su piel: un arañazo en su pata trasera derecha, otro en el cuerpo y también algún parche (de pegatinas mateas) que le afea el hocico y otras partes más vulnerables.

Aunque no revisten gravedad y son superficiales, desde Vive Campoo hacemos un llamamiento para que no se repitan los daños sufridos por este joven pero ya ilustre oso que no hace daño a nadie, ni tan siquiera a los patos del río que tiene a sus pies. Puede gustar o no, pero respetemos el arte y a los artistas.