- Cultura
- 12/04/2022
- Daniel Guerra de Viana
Si usted está leyendo estas líneas y siente curiosidad por las noticias relacionadas con nuestra ciudad, quizá le interese saber que, desde hace 138 años, en Reinosa se leen prensa y diarios propios de la zona. La ciudad ha sido un punto de referencia en la edición de periódicos desde 1884 cuando vio la luz, el 4 de mayo, el dominical El Ebro, dirigido por el escritor Demetrio Duque y Merino, alma mater de la cultura campurriana de finales del siglo XIX.
Esta época, y las tres primeras décadas del siglo XX, se pueden considerar como la Edad de Oro de la cultura campurriana. En apenas 52 años, afloraron las voces artísticas de un gran conjunto de intelectuales que supusieron un acicate extraordinario para nuestra comarca en aquella España finisecular. En muy poco tiempo todo mudó en Reinosa, que se convirtió en un área pionera en la industrialización -fábricas de vidrios, chocolates, quesos...- y, como consecuencia de esa vitalidad, también aumentaron las inquietudes culturales que situaron nuestra ciudad en el centro de la vanguardia cántabra. Una ciudad no solo se hace de urbanismo y trabajo sino también de cultura, y esta Reinosa es un reflejo de urbe, donde hay nueva y vital masa artística que realza nuestra identidad.
El mejor exponente de ese esplendor fueron las publicaciones periódicas que se sucedieron en el tiempo: El Ebro (1884-1890), Campoo (1894-1894), La Montaña (1904-1906), La Tierruca (1906-1907), Cantabria (1907-1908), Nueva Cantabria (1908-1909), Heraldo de Campoo (1912-1915), El Ebro II época (1913-1918). Gracias al afán de aquellos intelectuales tenemos registrada nuestra historia reciente y podemos rastrear las costumbres y actividades de nuestros antecesores.
El tiempo avanzaba inexorable por el recién nacido siglo XX y los valles campurrianos parecían quedarse atrás, solos, frente al desinterés de los poderes provinciales, aunque esto simplemente fuera un espejismo, ya que Reinosa continuó irguiéndose como bastión de la industria y la cultura cántabras.
Después de desaparecer El Ebro aún late la vida literaria, y una y otra vez, nuestros testarudos antepasados imprimen sus ideas y vocación editando numerosos semanarios: El Pueblo de Campoo (1918-1919), El Porvenir (1918-1919), Campoo II época (1920-1923), El Inquilino (1923-1924). Todos ellos cuentan con firmas muy conocidas entonces y olvidadas por los lectores de hoy. Demetrio Duque y Merino, Ramón Sánchez Díaz, Luis Bonafoux, Luis de Hoyos Sainz, Luis Mazorra, Adolfo de la Peña, Santiago Arenal... ellos fueron los faros que iluminaron la cultura de esta comarca y contribuyeron al desarrollo intelectual de Reinosa, que vivió así una etapa dorada.
Campoo permaneció silenciosa después de la Guerra Civil, pero en los años 50, concretamente en el año 1956, volvió a tener su propia voz con la revista Fontibre. Durante siete años esta publicación aglutinó a un importante grupo de escritores llenos de entusiasmo que supusieron una renovación de las perspectivas sociales e intelectuales de la comarca: Santiago Arenal, Ramón Rodríguez-Cantón, Saturio Diez Cayón, José Calderón Escalada, Nieves de Hoyos...
Hubo una etapa posterior en la que nuestros paisanos perdieron, quizá, el primitivo interés por la prensa local y los escritores reinosanos se acomodaron en los periódicos regionales que vivieron un extraordinario auge en los años 60 y 70 del siglo pasado, y en sus páginas dejaron crónicas, opiniones y datos para explorar esa Reinosa próspera y vital del desarrollismo español, y allí están estampados en letra de imprenta los nombres de Ramón Cantón, Chiqui Palacio, Roberto Cayón, Ángel Gómez, Saturio Díez y Javier D'Isart, que firmaban columnas y páginas para mantenernos informados de la vida de la ciudad.
En resumen, Reinosa se puede vanagloriar de tener una importante tradición periodística, que hoy continúa gracias al impulso de quienes sienten la necesidad de ampliar los horizontes de sus paisanos con información y conocimientos, y que crearon nuevos medios de comunicación, como fueron Cantabria Sur en los años 90 (ahora Merindad de Campoo), Cuadernos de Campoo (1995-2012), La Cantábrica (2001-2003), El Cañón o el suplemento dominical Campoo que editó El Diario Montañés hasta hace un año. Nuevas voces y nuevos editores, Arturo Queimadelos, Pilar Lorenzo, Blanca Carbonell o la familia Sardina y el ya desparecido Miguel Ángel Pérez Jorrín. Son muchos los que pusieron su empeño en el papel y en la prensa y devolvieron la tradición informativa a nuestra ciudad.
El siglo XXI, nos devuelve la costumbre de la prensa local aunque en un formato digital, pero la idea, el mensaje, sigue siendo el mismo. La pagina web Vacarizu, de José Luis López, fue y es el referente de la historia de Reinosa y Campoo, albergando en sus servidores la revista Cuadernos Campoo, y otras noticias culturales, artículos y datos de interés.
También, y con un carácter diario hay que mencionar El Comarcal de Campoo y sobre todo el que inicia esta revolución informativa, y que usted está leyendo ahora, Vive Campoo. Gracias a todos ellos, desde hace 138 años, los campurrianos tenemos esa conciencia histórica tan valiosa.
Alguien escribió no hace mucho que..."Sería bonito amanecer un día y descubrir un periódico cargado de poemas."