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Campurrianos | Valderredible

"La política es cortoplacista por definición"

Pablo Díez, escritor y analista político

Pablo Díez Martínez (Santander, 1980) es analista político y ha vivido en Santander, Londres, Dubái, Bruselas, Bangkok y Madrid, pero desde su infancia veranea en Loma Somera (Valderredible), donde en una tumbona a la sombra del sol de agosto comenzó "a emborronar cuadernos", dando rienda suelta a su vena narrativa.

En 2008 ganó el XI Premio Arte Joven de la Comunidad de Madrid por su novela ‘Comet' (Lengua de Trapo), y este verano acaba de publicar ‘El imperio de la gravedad' (Ediciones Oblicuas); el relato de un gobernante de un país ficticio en el siglo XIX que explica los dilemas morales a los que se enfrenta durante su mandato: la legalización de las drogas, la convivencia entre distintas religiones o el trabajo femenino. Pablo Díez emplea un lenguaje elevado y satírico, transportando al lector, con gran capacidad narrativa y de evocación, a un territorio inhóspito en el que poco a poco va abriéndose paso la civilización.

Después de anticipar un pasado que todavía no ha existido, ha vuelto a la tierra donde empezó a escribir; el mismo "lugar ideal al que siempre volvería para encerrarme y terminar un libro". Un encuentro en la naturaleza en el que nos habla de utopías y distopías, de crímenes masivos, del despotismo y de la masa, de acciones, reacciones u omisiones y también de cambio.

-¿De qué trata ‘El imperio de la gravedad'?

-Es el relato en primera persona de un gobernante de un país ficticio en el siglo XIX que explica los dilemas morales a los que se enfrenta durante su mandato: la legalización de las drogas, la convivencia entre distintas religiones, el trabajo femenino, etc. El gobernante tiene una visión muy avanzada para su época y, al intentar imponerla en una población poco sofisticada y pragmática, va sembrando el mismo la semilla de la destrucción de la pequeña nación.

-¿En qué género se encuadra?

-Podemos considerarla un ejemplo de "narrativa reflexiva", o incluso de ensayo-ficción con elementos novelados, a falta de un nombre mejor. El nombre exacto del género no importa tanto, siempre y cuando se entienda el libro como la inserción de impresiones propias del debate contemporáneo en un contexto ficticio, aislado, en el que prácticamente ninguna de esas discusiones parece tener cabida.

-¿Qué mensaje nos deja la obra?

-El de la desconfianza que debe suscitarnos la masa. El de la imposibilidad de imponer una moral y una corrección desde la élite, aun cuando las cosas a imponer parezcan las más éticas y justas.

-¿Esa utopía deriva en distopía porque, entre otros factores, ese proyecto de país está adelantado a su época y porque es la obra de una única persona? Si es así ¿considera que los políticos actuales tienen una visión cortoplacista, despótica, interesada o simplemente son mediocres en sus planteamientos?

-Todo lo anterior. La política es por definición cortoplacista, se valida mediante elecciones en un lapso de tiempo corto en el que hay que hacer todo lo posible por renovar o conquistar el mandato, no por crear un entorno de prosperidad en el que surja una ética genuina y duradera. Es despótica en el sentido de que la mera elección de nuestros representantes y la existencia de un parlamento no reflejan necesariamente la voluntad ciudadana. Es interesada porque está maniatada, sujeta a múltiples intereses que financian el presente, pasado y futuro de quienes hacen la política. Y es mediocre, no tanto por la calidad dudosa de las medidas que se toman, sino sobre todo por la incapacidad para suscitar confianza acerca de esas mismas medidas, sean acertadas o no.

-¿La distopía sobre la que escribe obedece en cierto modo a sus experiencias e impresiones que percibe como analista político? ¿Cuándo se gesta este relato, coincide con alguna etapa de la crisis?

-Sería exagerado definir la crisis y el actual traspié español como una distopía, pero sí es cierto que la frustración de expectativas que hemos tenido que procesar los ciudadanos, en un intervalo cortísimo, permite hablar de un desmoronamiento español, de una caída drástica de la "autoestima nacional". No obstante, ‘El imperio de la gravedad' no se nutre de ese contexto, sino de algunas lecturas clásicas, sobre todo ensayos políticos del siglo XIX, y también de textos recientes, a un lado y otro de la divisoria izquierda-derecha, y también a un lado y a otro de la divisoria Oriente-Occidente. El libro intenta aglutinar ambos contrastes en un contexto de pura ficción.

-Como analista político, ¿cuáles considera que son los principales retos y amenazas en la sociedad actual a los que deben hacer frente los políticos?

-El de haber gestado, entre todos, una sociedad en la que los que hoy son jóvenes, en gran parte de los casos, vivirán y morirán con menos dignidad que sus padres. El de haber consumado la movilidad social descendente generalizada, sobre la base de unas expectativas muy altas.

-Dado el contexto actual, ¿en qué puede derivar esa desafección hacia la clase política?

-Afortunadamente, en España la desafección se ha canalizado, por el momento, dentro de los límites de una razonable frustración. Pero se dan todos los elementos para que broten movimientos extremistas, como ha ocurrido en Grecia. Sólo el pragmatismo inherente que tenemos la mayoría puede salvarnos de ese desenlace.

-¿Qué debe ocurrir para que el ciudadano recupere el interés por la participación activa en la vida política?

-Para que haya una participación activa y verdaderamente sustantiva, la sociedad tendría que rehacerse desde sus cimientos, y la cultura y el conocimiento deberían multiplicarse y ser puestos en valor en lugar de ninguneados o incluso ridiculizados. De otro forma, y sobre la base de la ignorancia generalizada, no puede haber participación activa, sólo pataleos. No hay ni va a haber una participación activa. Habrá quizás líderes capaces de movilizar nuestra propia incapacidad, capaces de pensar por nosotros y de abrirnos los ojos ante la verdadera naturaleza de los atropellos que padecemos. Los votaremos con la esperanza de haber puesto nuestro granito de arena para generar el cambio, y ahí se acabará todo. Es mejor que nada.

-Considera que lo ocurrido con Podemos en las elecciones es un aperitivo, ¿cuál es el siguiente plato?¿Qué mapa electoral vaticina para los próximos dos años?

-Es muy probable que me equivoque, pero son muchos los que pensamos que Podemos ha llegado para quedarse y para ganarse la simpatía no sólo de la izquierda traicionada, sino también la del votante hasta ahora apático. Si la maquinaria inmensa a la que parecen enfrentarse no termina por derribarlos y desalentarlos, deberían equipararse o hasta desplazar a los socialistas, manteniendo al PP en el trono de una mayoría inestable.

-En el plano político, ¿de qué "crímenes masivos" somos víctimas los ciudadanos en la actualidad?

-Hay muchos. Es fácil pensar en la corrupción, pero el verdadero crimen español es el desempleo, la falta de oportunidades y la creación silenciosa de una cuasi-mayoría de "medio pobres" y precarios, sólo un palmo por encima de la miseria. El autor de ese crimen, sin embargo, no tiene un nombre claro, ni puede achacarse sólo a la ineptitud política. Somos muchos los que lo perpetramos, por acción u omisión.

-Por último, una mirada al pasado, ¿qué influencia tiene Loma Somera en su proceso creador?

-Mi actividad literaria, sobre todo en su fase germinal, está muy vinculada a Valderredible, y más concretamente a Loma Somera, el pueblo en el que he pasado muchos veranos. Dudo mucho que me hubiera arrancado a escribir, a una edad tan temprana, sin todo ese tiempo a mi disposición, sin la calma mental que me aportaba aquel paraje y sin el marco inmejorable que ofreció a mi proceso de autoaprendizaje literario. Fue en Loma Somera donde emborroné mis primeros cuadernos. Y si pienso en el lugar ideal en el que, si pudiera, me encerraría para terminar de escribir un libro, ese lugar es y será siempre Loma Somera.

-En ‘Comet', premio de Narrativa Joven de la Comunidad de Madrid en 2007, menciona que las decisiones más importantes son aquellas que no se toman...¿ha dejado de tomar muchas decisiones?

-Creo que no. Tomo muchas e importantes, acertadas y desacertadas.

*‘El imperio de la Gravedad' se puede adquirir en las librerías Estvdio y Gil y también a través de la página web de la editorial *