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Del tiempo y los días

Pedro Ángel Fernández Vega y la máquina del tiempo. Sobre la novela 'Bacanalia'

Daniel Guerra de Viana pone el Acento Campurriano en la nueva obra del autor que inició sus investigaciones en Cantabria en los yacimientos de Julióbriga y Camesa-Rebolledo

Recientemente se ha publicado la novela Bacanalia, en la editorial Espasa, su autor es Pedro Ángel Fernández Vega, uno de los historiadores del mundo clásico romano más interesante y relevante de España. Sus investigaciones comenzaron explorando nuestra historia regional, sobre todo lo que Roma nos dejó. Sus primeros trabajos se centraron en el urbanismo de Juliobriga y más adelante en los restos de Camesa-Rebolledo, ambos en Campoo y esta curiosidad arqueológica le lleva a investigar otros aspectos del mundo romano en su etapa como director de excavaciones arqueológicas en diferentes yacimientos, entre ellos Camesa, que le sitúan entre los más destacados profesionales de nuestra comunidad. Más adelante, al frente del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, MUPAC, se consolida como gestor y museógrafo. Este conocimiento adquirido y su versatilidad, facilitan que Pedro Ángel se vuelque en dos de las facetas más significativas para un historiador: como escritor de artículos de divulgación para importantes publicaciones nacionales, entre ellas National Geographic Historia, y como autor de temas de investigación en prestigiosas revistas especializadas, mientras que aporta una extensa producción para destacadas editoriales con monografías que constituyen referentes del mundo clásico como: La casa romana (ed. Akal), Corrupta Roma (ed. Esfera de los Libros) libro de planteamientos históricos muy interesantes y novedosos sobre la república romana, Bacanales: el mito, el sexo y la caza de brujas en Roma (ed. Siglo XXI) y el último La sombra de Aníbal (ed. Siglo XXI) sobre el poder en la Roma republicana, trazando una vigorosa biografía y visión sobre el líder cartaginés.

Todo lo anteriormente dicho valida a Pedro Ángel como un historiador de peso en un ámbito tan complejo como la investigación de la sociedad romana y le sitúa en una posición muy ventajosa para sumergir a los lectores en el apasionante universo de la novela histórica.

Los historiadores y los amantes de la historia tenemos una gran carencia, que consiste en que no somos físicos teóricos o experimentales o quizá inventores, para poder crear la máquina del tiempo y comprobar en persona lo que ocurrió de verdad en un determinado momento del pasado. Esa limitación para conocer de primera mano lo sucedido, se suple, en nuestro imperfecto mundo, con dos herramientas: el conocimiento exhaustivo de los pormenores de la historia (INVESTIGACIÓN) y la imaginación, la capacidad para trasmitir todo ese bagaje y dotarle de vida para hacer a cualquier lector interesado partícipe de la trama.

Pedro Ángel Fernández Vega posee esas dos facultades, unos amplísimos conocimientos sobre la república romana del siglo II a. C. y una imaginación basada en la intuición y la lectura para convertir el conocimiento en una atractiva novela.

La máquina del tiempo existe en esos libros históricos que nos transportan a aquellos lugares que la imaginación elabora y que también reconstruye. Nuestro escritor en Bacanalia, con su mirada senatorial y su pausado discurso, nos hace de cicerone por una antigua Roma sumergida en una profunda crisis... que nos adentra en un mundo de misterios iniciáticos, de mitología y creencias, de luchas por desentrañar el Misterio, lo báquico-dionisiaco o la rectitud moral. En Roma no solo se debate y combate sobre esos extraños ritos orgiásticos entre mujeres y jóvenes, esclavos, patricios o plebeyos, sino que también sobrevuela una nube de corrupción y la guerra contra Cartago que está asolando la Republica.

El autor va trazando, a través de sus protagonistas femeninas, entre ellas Hispala, el día a día de una ciudad convulsa entreverada de traiciones, deseo, miedo y ambición, con todos sus entresijos políticos, que les afectan, pero de los que aún no son conscientes, no al menos de la trascendencia que van a tener para su futuro.

Nadie puede llegar a entender lo que nos sucede o nos sucederá en el preciso instante en el que algo ocurre, ya que vivimos imbuidos en ello, somos protagonistas del hecho; nos hace falta distancia histórica para poder analizarlo y comprender plenamente lo vivido y sus consecuencias. Fernández Vega consigue, con su rigurosidad de científico, analizar y saber plenamente, gracias a sus investigaciones, qué ocurrió en verdad o al menos con una gran parte de verdad, o acaso de verosimilitud.

Bacanalia
nos narra en un concierto de múltiples voces femeninas, como la sensual Hispala o la pensativa y austera Sulpicia, el devenir no solo de Roma, sino, si se quiere extrapolar, de la propia humanidad. La caza de brujas, los ritos esotéricos y las orgías transitan por la novela como si formaran parte de un gran fresco pompeyano. La antigua Roma y su historia no nos deja de sorprender, ya que somos sus nietos, y hay tanta cercanía con nuestra propia historia que nos llama aún más la atención precisamente por las similitudes con nuestra propia vida y nuestros afanes.

Bacanalia, es una perfecta máquina del tiempo y Pedro Ángel con su invento literario nos conduce por las calles de la antigüedad gracias a esas mujeres que casi solas tuvieron que enfrentarse a oscuros e inquietantes procesos políticos.

Al final, queda el placer por el conocimiento, y el descubrimiento de unos personajes femeninos atractivos que, no siendo hechiceras, acabaron perseguidas y sus ritos iniciáticos prohibidos, censurados y ocultos en la profundidad del tiempo.
Si leen la novela, bienvenidos a la máquina del tiempo...