'Un cuento chino', de Sebastián Borensztein
En un día de otoño es una buena opción sentarse frente al televisor o el ordenador y ver una película de esas que dejan buen recuerdo, una película que además de mostrar una realidad y enseñarnos distintas maneras de encarar la vida, nos hacen reír, y por tanto, recibimos el mensaje implícito en su argumento con mayor claridad y comprendemos más profundamente las condiciones y situaciones que viven los personajes.
Una de estas películas es Un cuento chino que nos relata una historia de incomunicación y aislamiento, pero narrada de manera que las tristes y dramáticas circunstancias que rodean a los dos personajes principales -y casi únicos- nos arrancan a cada momento una sonrisa y en muchas ocasiones verdaderas carcajadas.
La historia se centra en un inmigrante chino, que después de perder a su novia en un accidente absurdo, se va de su país en busca de un futuro mejor, lejos de aquello que le recuerde el pasado y teniendo como referencia a unos parientes que viven en Argentina, y una vez allí, por una serie de circunstancias, se encuentra solo, sin dinero y sin esperanza, cuando se tropieza con un ferretero misántropo que vive encerrado en sus manías. Poco a poco, el muchacho chino, que desconoce el idioma y no se puede comunicar con nadie, y el hombre, que no quiere comunicarse con sus congéneres, traban una extraña amistad basada en la necesidad y la compasión. El difícil camino a través de la incomprensión es la base de esta historia, un tanto peculiar, que termina cerrando el círculo que comienza en China con una vaca caída del cielo, en un final, quizá previsible, pero esperanzador y lleno de sentido.
Esta historia, que podía haber sido un tremendo melodrama, se convierte, gracias a un buen guión escrito con ligereza y soltura, en una divertida comedia que nos hace pasar un buen rato, pero también pensar en la soledad y el dolor que experimentan los emigrantes alejados de sus raíces culturales y sentimentales, o comprobar la dificultad del hombre moderno para dar un sentido a su vida.
Desde hace ya unos años el cine argentino destaca en el panorama cinematográfico con unas propuestas muy interesantes, sobre todo con la realización de comedias actuales, originales y divertidas, en las que, en numerosas ocasiones, brilla la figura del actor Ricardo Darín, muy conocido en nuestro país.
El cine argentino contiene, entre otras virtudes, unos diálogos muy cuidados e inteligentes y una atrayente manera de tratar temas que siempre tienen un contrapunto dramático.
No queremos terminar esta reseña sin recomendar varias películas de este país verdaderamente interesantes, como El hijo de la novia o El secreto de sus ojos de Juan José Campanella, Un novio para mi mujer de Juan Taratuto, o Historias mínimas de Carlos Sorín, entre otras En un día de otoño es una buena opción sentarse frente al televisor o el ordenador y ver una película de esas que dejan buen recuerdo, una película que además de mostrar una realidad y enseñarnos distintas maneras de encarar la vida, nos hacen reír, y por tanto, recibimos el mensaje implícito en su argumento con mayor claridad y comprendemos más profundamente las condiciones y situaciones que viven los personajes.
UN CUENTO CHINO
Director: Sebastián Borensztein
2011
Argentina
93 min.
'El reino de los chiflados', de Michael Herbig
La emperatriz Sissi y el emperador Franz viven su amor en la tranquilidad de palacio, junto a un grupo de divertidos y fieles sirvientes. Sin embargo, la felicidad de todos se ve truncada cuando el Yeti, que ha firmado un pacto con el diablo para salvarse, aparece y secuestra a la emperatriz. Decidido a recuperar a su amada, el valiente emperador se lanza al rescate, a pesar del peligro que conlleva enfrentarse al abominable hombre de las nieves. A medida que se desarrolle su disparatada aventura, Franz irá descubriendo un secreto muy especial. La cinta esconde una divertida propuesta de animación que parodia la historia de la emperatriz Sissi, y argumentalmente a «La bella y la bestia», con la ironía gamberra de «Shrek» y guiños a «King Kong», «Titanic», «Moulin Rouge» o «Troya».
«El reino de los chiflados» se ha convertido en una de las películas de animación más taquilleras de su país, Alemania, gracias a su humor gamberro. Además de una disparatada Sissi y de un bobalicón emperador, encontramos a una divertida corte de sirvientes y algún elemento irónicamente discordante como la presencia del Yeti. Todo recuerda a las clásicas películas de Sissi, con un palacio en el que no falta detalle y escenas campestres a las que se les ha dado la vuelta. Es divertida, tiene personajes caricaturescos y se ríe de las habituales canciones edulcoradas de los filmes animados. Para el doblaje en español, se ha contado con destacados humoristas como Florentino Fernández, Anabel Alonso y Josema Yuste.
El director, Michael Bully Herbig, es fotógrafo profesional, actor, guionista, director y productor. Nacido en Múnich en 1968, forma parte del elenco de comediantes de la escena alemana desde hace años.
EL REINO DE LOS CHIFLADOS (DVD)
Director: Michael Herbig
HerbX film GmbHv, 2007
Duración: 85 min.
Para todos los públicos