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Naturaleza | Cantabria

Las oseznas Saba y Éndriga se aclimatan con normalidad y en buen estado a su hábitat natural en Asturias

Las oseznas Saba y Éndriga se aclimatan con normalidad y en buen estado a su hábitat natural en Asturias

Las oseznas Saba y Éndriga se están aclimatando con normalidad a su hábitat natural en el Parque Natural de Redes y en el Parque Nacional de los Picos de Europa, respectivamente, y presentan un buen estado de salud, tras someterse a un proceso de rehabilitación en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria.

En ambos casos, los ejemplares han sido liberados en zonas que destacan por la disponibilidad de alimento y baja presencia de personas, lo que contribuirá a conectar la población osera, presente en esas áreas de manera poco numerosa, con la del occidente, mucho más estabilizada y en cuya progresión resulta vital el apoyo de las comunidades locales en las que esta especie forma ya parte indisoluble de su territorio y de su desarrollo socioeconómico.

En el caso de Saba, fue reintroducida en el Parque Nacional de los Picos de Europa en noviembre de 2019, tras ser recogida por agentes de la Guardería del Medio Natural de Asturias en las inmediaciones del pueblo asturiano de Sabadia, en mayo de ese mismo año, con síntomas de desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas.

Por su parte, la osezna Éndriga fue liberada en el Parque Natural de Redes el pasado mes de abril tras haber sido recogida a finales de agosto del año pasado en las inmediaciones de la localidad asturiana de Éndriga, en Somiedo. Por aquel entonces, el esbardo mostraba un estado de salud delicado, con síntomas de hipotermia, hipoglucemia, un peso muy por debajo de lo normal para su edad y lesiones cutáneas de tipo infeccioso en amplias zonas de la piel.

Tras ser estabilizadas, ambos ejemplares fueron trasladados al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestres del Gobierno de Cantabria para continuar con su recuperación.

Allí, su evolución, en los que tres meses que permanecieron ingresadas, fue muy buena, tanto a nivel clínico como comportamental, mostrando cada vez mayores periodos de actividad y juego.

Se mantuvieron ingresadas con una rutina de enriquecimiento ambiental y de hospitalización en aislamiento total y bajo video vigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales y evitar su habituación a las personas.

Posteriormente, fueron desplazadas al Centro de Valsemana, en León, espacio en semilibertad en el que los animales se pudieron aclimatar al medio natural de forma previa a su reintroducción en los espacios naturales de Asturias, con espacios amplios y un adecuado enriquecimiento ambiental, además de un sistema de videovigilancia y la recreación de una cueva.

Las administraciones de Asturias, Cantabria, Castilla y León y el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico han mantenido una intensa y constante colaboración en todo el proceso, lo que ha ayudado a actualizar los protocolos de rehabilitación, sedación, radiomarcaje, traslado y liberación de crías de oso pardo, algo de gran utilidad ante otros casos similares.