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Naturaleza | Cantabria

La osezna Éndriga regresará a su hábitat natural en Asturias

La osezna Éndriga regresará a su hábitat natural en Asturias

magen de la osezna Éndriga en el recinto de aclimatación de osos pardos de León (Foto: Oficina de Comunicación)

La osezna Éndriga será puesta en libertad en próximas fechas en Asturias tras una fase de recuperación y rehabilitación que ha llevado al animal a estar más de tres meses en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa (Cantabria), donde ingresó en agosto del año pasado y, tras recuperarse, ser trasladado al recinto de aclimatación o presuelta de osos pardos ubicado en el monte de Valsemana, provincia de León, para finalizar su fase de adaptación al medio natural.

El grupo de trabajo del Oso Pardo Cantábrico ha decido la reintroducción del ejemplar en el medio natural por su buen estado de desarrollo actual, la ausencia de cualquier patología y síntoma de habituación.

De este manera, el comité veterinario del grupo de trabajo decidirá de forma colegiada los siguientes pasos a dar en relación con el protocolo anestésico y sistemas de seguimiento a aplicar a la osezna para su aplicación en la operación de captura y anestesia, que será coordinada en las instalaciones de Valsemana por los equipos técnicos de la Junta de Castilla y León, en colaboración con los equipos veterinarios del Principado de Asturias, el Gobierno de Cantabria y el Parque de la Naturaleza de Cabárceno.

En este sentido, la operación de traslado y liberación al medio natural será coordinada por el Principado de Asturias, en colaboración con el resto del personal técnico, veterinario y de campo de las tres comunidades autónomas.

Esta liberación culminará el proceso de recuperación que se inició el 27 de agosto del año pasado, cuando el ejemplar fue recogido por agentes del medio natural del Principado en el pueblo de Éndriga, en Somiedo (Asturias) y posteriormente trasladado al hospital veterinario Buenavista (Oviedo), donde ingresó con síntomas de hipotermia, hipoglucemia, y un peso muy por debajo de lo normal para su edad (6,5 kg - el peso aproximado de un esbardo de 8 meses es de 15-20 kg).

También presentaba lesiones cutáneas que se diagnosticaron como sarna demodécica por raspado y observación al microscopio, además de numerosas heridas infectadas compatibles con mordeduras.

Tras su estabilización, rehidratación, limpieza y cura de las lesiones cutáneas, se instauró un tratamiento farmacológico y se inició su alimentación hasta su traslado, el 29 de octubre, al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria.

La evolución de la osezna en los más de tres meses que ha estado ingresada en el Centro cántabro ha sido muy buena, tanto a nivel clínico como comportamental, mostrando cada vez mayores periodos de actividad y juego.

Allí, se mantuvo ingresada con una rutina de enriquecimiento ambiental y de hospitalización en aislamiento total y bajo video vigilancia, con el objetivo de fomentar las actitudes normales y evitar su habituación a las personas.

Dado que su estado clínico, crecimiento y comportamiento requerían de un cierto control, aunque menos estricto, el comité veterinario del grupo de trabajo de oso pardo cantábrico decidió trasladar a Éndriga al recinto de aclimatación o presuelta de osos pardos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en el monte de Valsemana (León).

Una decisión consensuada por los equipos técnicos y veterinarios de la Junta de Castilla y León, del Principado de Asturias y del Gobierno de Cantabria, junto al apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) y de los servicios veterinarios del Parque de la Naturaleza de Cabárceno.

Allí, el animal se ha podido aclimatar al medio natural de forma previa a su reintroducción, con espacios amplios y un adecuado enriquecimiento ambiental, además de un importante sistema de videovigilancia y la recreación de una cueva en el interior de la osera que hay habilitada.

A su llegada al recinto leonés el ejemplar pesaba 30 kilogramos y en la actualidad ha superado ya los 36, tras cuatro meses de aclimatación, habiendo ganado un 20% de peso respecto a su llegada al centro.

Durante todo ese tiempo se ha aplicado un estricto protocolo de vigilancia y de aporte alimenticio de manera que durante las primeras semanas la alimentación se basó fundamentalmente en carroñas, frutos secos y carnosos, disminuyendo en las últimas semanas el aporte de frutos secos y carnosos para adecuar su alimentación a lo que encontrará en su hábitat natural.

Refuerzo del protocolo de actuación

Con la liberación en próximas fechas de Éndriga ya son dos ejemplares de oso cantábrico los que se recuperan desde el año 2019 con el protocolo general de actuación que de manera coordinada vienen realizando las comunidades autónomas de Cantabria, Castilla y León, Asturias y Galicia en materia de rehabilitación y aclimatación de osos pardos cantábricos.

Una coordinación que hoy ha sido reforzada con un acto celebrado en la finca de Valdesemana (León), y en la que ha estado presente el director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático, Antonio Lucio, y sus homólogos de Castilla y León, José Ángel Arranz, y de Asturias, David Villar.

Todos ellos han abogado por reforzar las vías de colaboración entre las cuatro comunidades autónomas para consolidar un protocolo de actuación que contribuye de manera decidida al cumplimiento de los objetivos de gestión y conservación de los osos pardos en la Cordillera Cantábrica.

También han coincidido en destacar la labor que desempeña el Centro de Referencia para la Aclimatación de Osos Pardos en la Cordillera Cantábrica, un recinto de la Junta de Castilla y León de unas 800 hectáreas en las que los osos con problemas tienen la oportunidad de volver a su medio natural, evitando así que, tras su recuperación clínica, su única alternativa sea como ejemplares irrecuperables en parques zoológicos o centros de educación ambiental.

De igual forma, han puesto en valor la labor del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, ubicado en el municipio de Villaescusa, que en los últimos años se ha convertido en el hospital de referencia para la atención veterinaria y la recuperación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica.