Das un paseo a la orilla de un río, por mitad de la montaña o simplemente a la orilla de una carretera y cuando menos te lo esperas, zas... ¡Salta la liebre! Pocas especies congregan tantos refranes y dichos en la península como la orejona, aunque la realidad biológica de la especie es mucho más interesante.
Lo primero que nos llama la atención de las liebres es esa capacidad para salir con una velocidad endiablada, este proceso es fruto del acúmulo previo en los músculos de adrenalina que la permite salir como un resorte. Así la liebre al detectar una molestia se mantendrá en su encame, confiando en pasar inadvertida, hasta que casi la pisemos. Momento en el cual un bulto marrón con cola blanca nos dará esquinazo en segundos.
En Campoo y Valderredible tenemos la fortuna de poder observar las 3 especies de liebres de la península; liebre ibérica presente en Valderredible, que posee una taya menor que sus primas más norteñas. Por otra parte tenemos la liebre europea, de la que hablaremos hoy, y en las zonas altas la liebre de piornal.
La liebre europea (Lepus europaeus) es un lagomorfo que puede alcanzar los 4 Kg. de peso (de ahí la frase "una liebre como un perro") y una longitud de cabeza a cola de algo más de medio metro. Sus orejas son mayores que en las otras especies pudiendo llegara los 11 cm. siendo característica la mancha negra posterior. El resto del cuerpo tiene un color pardo y vientre blanco, siendo la extensión y una gradual transición de color entre vientre y dorso lo que la diferencia de su prima la ibérica, que con menor tamaño tiene un contraste fuerte entre zonas de pelaje.
El ciclo vital de la especie comienza con los celos que se extienden a lo largo de primavera, en estos cortejos los machos se persiguen, saltan e incluso "boxean", que es como se conoce la forma de golpearse de las liebres ya que se apoyan sobre sus patas traseras y tratan de arañar al oponente con las patas delanteras. Una vez elegido el macho se producen las cópulas y unos 40 días después nacerán las crías al cobijo de algún arbusto o matorral. Estas crías lactantes permanecen junto a la madre un mes tiempo tras el cual se independizarán. Se dan 1 o 2 camadas al año aunque en años buenos pueden ser hasta 3, estas camadas pueden ser de 2 a 5 crías aunque en nuestra latitud raramente sobrepasan las 2.
La alimentación es básicamente herbívora aunque la creencia popular ha asociado la presencia de liebres en las inmediaciones de cadáveres al consumo de carroñas. Este hecho se debe a que las liebres comen los brotes tiernos de hierba que nacen debajo de los cadáveres. Pero las mañas de nuestra liebre no acaban aquí ya que tras una jornada nocturna de campeo y antes de encamar al alba esta realiza círculos, desanda sus pasos y al final pega un gran salto para desaparecer al refugio de la vegetación, esta técnica es la que evita que sus predadores la encuentren durante el día.
Esta adaptación al medio es lo que permite que la liebre esté presente en la mayor parte de nuestros hábitats y la hace merecedora de tantos refranes.
No quería acabar esta semana sin recordar a Tito Carrera que "hizo de liebre" con su furgoneta para muchas generaciones de campurrianos y al que desde aquí le mando un fuerte abrazo donde esté.