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Cultura | Reinosa

Olvidada Ana María Matute

Homenaje de la Biblioteca Sánchez Díaz a la escritora recientemente fallecida

'La torre vigía', Ana María Matute

Como no podía ser menos hoy nuestra reseña semanal se la dedicamos a Ana María Matute, que ha muerto recientemente, y que como muchos de los escritores españoles que brillaron en el siglo XX, había sido enterrada en vida en los anaqueles de las bibliotecas, cubierta por las miles de páginas producidas por pseudo escritores que repiten y copian una fórmula hasta la saciedad, ayudados, para llegar a los lectores menos exigentes, por una publicidad torticera e interesada que consigue eliminar el escaso criterio de quienes solo buscan diversión, pero ignoran que ésta puede encontrarse también en otras obras de mayor calidad literaria.

En la trayectoria de Ana María Matute hay dos etapas claramente diferenciadas, una primera, en la que sus historias se suceden en un mundo actual y real, sin intromisiones fantásticas, con historias cotidianas y dramas soterrados, y otra mucho más brillante, en la que nos retrata, con palabras evocadoras cargadas de expresividad, una remota y no definida Edad Media en la que todos sus temores, emociones y observaciones salen a la luz en un escenario irreal y siempre lejano. La torre vigía, escrita en 1971, marca ese límite y es aquí donde explora el universo que brillará en todo su esplendor en su -a nuestro juicio- mejor novela, Olvidado rey Gudú. La torre vigía es una historia de aprendizaje en la que los sucesos y algunos personajes no están determinados ni por nombres ni por lugares, sino que todo sucede en un espacio y un tiempo antiguo y terrible, más opresivo, precisamente, por esa indefinición.

El protagonista es un hombre que relata su vida desde su infancia hasta llegar a su destino como vigía de la Torre. En esta narración no se nos ahorran las características más brutales de una educación desprovista de ternura o amor, en la que el sufrimiento y la realidad más cruel, impregnada de superstición y miedo, se imponen en el protagonista hasta convertirle en un ser semejante a los demás, en busca de un destino en el que fantasía y realidad se confunden, y resulta difícil situar los límites del bien y el mal en un espacio opresivo poblado de violencia y amenazas.

Esta es una novela corta y profunda que nos prepara para ese mundo de fantasía, denso y fascinante, que se abre al comenzar la gran novela de Ana María Matute, Olvidado rey Gudú.

La torre vigía
Ana María Matute
Barcelona : Destino, 2006

'El saltamontes verde', Ana María Matute

«Una vez existió un muchacho llamado Yungo. Vivía en una granja muy grande, cercana a los bosques. La granja muy grande, cercana a los bosques. La granja estaba llena de muchachos de todas las edades, los unos hijos de los granjeros, los otros de los criados. A primera vista, Yungo parecía un niño como los demás, pero los muchachos dejaban pronto de jugar con él, y las gentes no solían hablarle ni pedirle nunca nada. Y es que Yungo no tenía voz.»Pero Yungo no era mudo, él sabía que su voz estaba en algún sitio, sabía que alguien se la había robado. Y un día, como por arte de magia, mientras pensaba en cómo recuperarla, dibujó en una hoja de su cuaderno una isla muy bonita, rodeada de mar y pájaros, y pensó: «Aquí estará escondida mi voz». Esa misma tarde, Yungo emprendió su viaje hacia el Hermoso País en busca de las palabras, para convertirse en un niño como los demás pero encontró algo más importante, mucho más importante...

La indudable calidad de Ana María Matute, una de las escritoras más relevantes de la literatura española, se concentra en sus cuentos, galardonados con los premios más importantes de la literatura y disfrutados por lectores de todas las edades. Son una invitación a entrar en el mundo creativo de una autora que ha roto fronteras y tópicos. «El saltamontes verde» es una fábula que tiene como protagonista la palabra, como vehículo tanto de la verdad y el afecto como del egoísmo y la mentira.

EL SALTAMONTES VERDE
Autor: Ana María Matute
Ilustrador: Cesca Jaume
Editorial Lumen, 1984
Para niños de 10 a 12 años