Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso.
Puede obtener más información, en nuestra Política de Cookies.

Sociedad | Reinosa

'Las niñas' de Rojas vuelven a desfilar

La Banda de Cornetas y Tambores y las Majorettes de Los Formidables vuelven a participar en el Gran Desfile de Carrozas 18 años después de su última actuación

Ha sido un mes frenético de ensayos contrarreloj, de resonar por todo Reinosa y con más dificultades para afinar y coordinar los pasos que para entrar en los trajes. Desde agosto, las que fueran majorettes por última vez hace casi 20 años y los miembros de la Banda de Cornetas y Tambores de Los Formidables volverán este sábado, 17 de septiembre, a abrir el Gran Desfile de Carrozas de San Mateo.

Las Majorettes de Los Formidables surgen en 1980 en el barrio Mallorca con unas niñas aporreando un tambor de detergente Colón y con muchas ganas por desfilar. Parece que la idea cuaja y a las primeras chicas, oriundas del barrio reinosano, se les suman otras procedentes de diferentes partes de la ciudad, llamadas por la música, un traje vistoso, las ganas de sentirse parte de la fiesta, un poco por presumir y también para divertirse y salir de Reinosa. Al principio participan en las fiestas junto a la Banda de Música de Reinosa y en 1992 cambian de pareja de baile al crearse la Banda de Cornetas y Tambores de Los Formidables, con quienes alcanzaron la mayoría de edad hasta su disolución en 1998.

En esos 18 años de andadura, han desfilado por las dos agrupaciones un total de 409 personas: 270 majorettes,17 jefas, 52 ‘minis', 7 jefas de ‘minis', 57 cornetas y tambores, 4 jefes de cornetas y 2 jefes de tambores. Muchos desfiles poniendo música, colorido y alegría a las fiestas con un repertorio compuesto por más de una decena de números: ‘la espiral', ‘el molino', ‘el ocho', ‘el cuatro en línea', ‘el baile del tres' o ‘el dos', a veces a un ritmo marcial y en otras ocasiones con movimientos más desenfadados interpretando canciones como ‘El patio de mi casa'.

Juntos, y en diferentes épocas, han paseado su ritmo por un buen número de localidades palentinas: Guardo, Osorno, Aguilar de Campoo, Saldaña, Fromista o Melgar de Fernamental. También en Burgos capital con el número de ‘La paloma', en Villarcayo o Lerma; en Asturias (Avilés, Posada de Llanes o Tineo); en La Rioja (Cenicero); en Villaseca de Laciana (León) y por supuesto en Cantabria; además de Reinosa y Campoo, han desfilado en Torrelavega, en barco por Suances, en la Cabalgata de Reyes de Santillana del Mar, Maliaño, en el aniversario del hipermercado Pryca o en Santander en dos ocasiones para un circo.

El rango de edad en que más miembros había en ambas formaciones oscilaba entre los 15 y los 18 años, antes de que muchos emigraran de Reinosa y cuando aún eran adolescentes. Ellas formaban doce a cada mano con dos jefas y dos tambores, mientras que ellos lo hacían con nueve cornetas y nueve tambores (dos cajas, dos bombos y cinco tambores). Este año el esquema se repetirá aunque el número de participantes aumentará levemente. Una limitación marcada por el número de trajes y no por la falta de interés de los antiguos participantes, que muy a su pesar se han quedado fuera.

Todos ellos, coordinados antes y ahora por Emilio Rojas, que ha acogido con enorme ilusión la iniciativa de Elena Gutiérrez (majorettes) y Aranza Alonso (tambor) para volver al desfile, y que tal vez se prolongue en ocasiones venideras.

"Queríamos devolver a Emilio el favor por brindarnos aquellos años tan bonitos y se lo debíamos. En principio la idea era hacer una comida pero me pareció poco y se me ocurrió la idea de desfilar. Al principio hice un tanteo para ver qué respuesta tenía la iniciativa y desde el primer momento a todo el mundo le hizo ilusión y se me iba de las manos", sostiene Elena Gutiérrez. La jefa de Majorettes se puso en contacto con la jefa de tambores para que cada una coordinase a su grupo. Por su parte, para Aranza Alonso la ilusión por volver a desfilar era un sentimiento recurrente siempre que salía junto a su marido (también tambor) por las fiestas populares y veía un espectáculo similar al que ellos realizaban años atrás.

Entre las dos se pusieron manos a la obra, preguntaron por los permisos necesarios en el Ayuntamiento y darle así esta sorpresa a Emilio. Una vez les dieron luz verde comenzaron a ensayar en agosto.

Emilio, ‘Rojas', acude cada tarde con energía e ilusión a ensayar con casi un centenar de personas entre cornetas, tambores, majorettes y ‘minis': "agradezco mucho todo esto, sé el trabajo que lleva y lo difícil que es para las familias conciliar los ensayos con su vida personal pero creo que merece la pena. Eran mis niñas y lo siguen siendo", afirma con orgullo.