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Campurrianos | Campoo

'Mesón Las Lanzas', un restaurante campurriano en el sur de Tenerife

Fotos: Ángel Ruiz

El reinosano Alejandro Gil lleva 17 años en la isla canaria y regenta un restaurante en la Playa de Las Américas

Paseando por las bonitas calles de la ciudad tinerfeña de Arona, en el sur de la isla, también conocido como Playa de Las Américas, me fijaba en los infinitos y bonitos carteles, casi todos escritos en otros idiomas, cuando fijé en uno con el rótulo ‘Mesón Las Lanzas'. Enseguida me llamó la atención, mismo nombre, mismo estilo de letra, gótica, las dos estelas cántabras atravesadas por flechas, claro, el ‘Mesón Las Lanzas' de Matamorosa... 

Sin pensarlo mucho entré en el restaurante y pregunté a una camarera, que resultó ser zamorana, si el negocio tenía algo que ver con Cantabria. Me llevé una alegría cuando me aseguró que el propietario era un cántabro de Reinosa. Ese día no le pude ver, pero al día siguiente, ya sabiendo la hora en la que le podría visitarle, le encontré y estuvimos hablando un buen rato.

Alejandro Gil López es un campurriano que hace 17 años decidió ir a pasar los Carnavales a Tenerife, le gustó el lugar y se quedó con la intención de hacer la temporada de verano para regresar a Reinosa por San Mateo.

Sin embargo, me explicó, su compromiso y el "boom" que en esta parte de la isla tenía el turismo en esos años y en la actualidad le ha hecho prolongar su estancia un año y otro y hasta el día hoy. A esto hay que añadir que una gallega se cruzó en su camino y hoy Raquel y Alejandro forman una familia junto a sus hijos.

Campurriano y canario

Alejandro Gil López nació en Reinosa en el desaparecido Hospital de Montesclaros hace 43 años. Empezó trabajando en el Mesón Las Lanzas de Matamorosa, donde aprendió a cocinar como ayudante de cocina. La profesión le sigue apasionando y su primer triunfo en el mundo de la restauración le llegó como chef del Hotel El Faro, uno de los restaurantes más prestigiosos de Tenerife.

Su cocina en la isla ofrece a los turistas carne al estilo castellano o cántabro, cordero o cochinillo, chuletones a la brasa o también paella de marisco, patatas riojanas o un cocido montañés. Sin olvidar para nada los platos más típicos canarios los pescados al estilo del Cantábrico.

A ello hay que añadir los exquisitos postres caseros que le distinguen de los restaurantes habituales de esa zona, en la que los menús son muy americanos y mediterráneos.

Y además es casi en el único lugar donde se puede degustar los mejores vinos de la Península, gracias a una amplísima bodega, que junto al local de estilo a los mesones castellanos o cántabros le da un valor muy reconocido por los que además de pasar unas soleadas vacaciones, les gusta saborear la mejor cocina española.

Me llamó notablemente la atención los comentarios, que a través de internet, dejan quienes han pasado por el Mesón Las Lanzas, destacando el restaurante como el exquisito trato recibido del personal.

Nostalgia

Alejandro es un nostálgico de Cantabria, que confiesa que su ciclo en Canarias está llegando a su fin. "Me he un plazo máximo de tres años más en la isla, para volver a mi Cantabria querida", reconoce.

Enamorado de la música de Cantabria se confiesa seguidor de La Fuga y ahora de Rulo y la Contrabanda, de los que destaca la calidad de sus letras, que ha aprendido de memoria. Seguidor del Club Deportivo Naval y del Racing, lamenta la situación que ahora están pasando los verdiblancos, de los que está informado mediante internet.

Alejandro se siente "un poco solitario" en la isla, por la reducida colonia cántabra que en ella hay, pese a que hace unos años se llegó a crear una Casa de Cantabria inaugurada por Miguel Ángel Revilla, y ya desaparecida por la falta de apoyo. A pesar de todo, comenta, que "son muchos los cántabros que año tras año vienen a la isla y se pasan a saludarme y a degustar mi cocina".

"Echo en falta la lluvia y el fresco de Cantabria, pues aquí casi siempre hace bueno, y apenas llueve". Se despide con una infinidad de anécdotas vividas en su Avenida de la Naval de Reinosa, donde vivió y creció y su Campoo querido, donde volverá como él desea en muy poco tiempo.

Agradecemos este reportaje a Ángel Ruiz