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Sociedad | Reinosa

"Me quedo con el amor y cariño de este pueblo y mis compañeros, tanto que, sin ser de aquí, me voy a quedar a vivir"

Begoña Caamaño se jubila en Urgencias del Tres Mares, después de tres décadas ejerciendo la medicina en Reinosa

Se ha levantado rara, a las 6 de la mañana, ha perdido la noción y ha salido a pasear sin rumbo, antes de afrontar su último día de trabajo en el servicio de Urgencias del Hospital Tres Mares, donde se retira -casi a los 66 años-, después de más de tres décadas ejerciendo la medicina en Campoo.

Este martes, 25 de mayo, se ha jubilado Begoña Caamaño Conde, natural de Zaragoza y que vino a Reinosa "para dos o tres años", pero encontró "una gente estupenda" que la enganchó y decidió quedarse aquí a vivir. Han sido más de treinta años en los que ha hecho planta, medicina interna y consulta, hasta que en el año 2000, por voluntad propia, decide pasarse a Urgencias para realizar un trabajo "más dinámico".

La doctora Caamaño repasa su trayectoria y se siente "my agradecida y emocionada" por el trato de su compañeros -"una familia"-, y el del conjunto de la sociedad campurriana, por la que se ha sentido "muy querida".

Sostiene que el Tres Mares es "un hospital de 10" donde "se salvan vidas". Asume que haya gente que pueda pretender que haya más servicios, pero considera que "son muy caros y Sierrallana y Valdecilla están cerca". Además, aboga por una relación médico-paciente personal; dice que no entiende el teléfono.

Durante estas tres décadas en Campoo ha vivido cambios y subraya la "preparación extraordinaria" de la gente joven así como su ilusión e interés por aprender y ofrecer su conocimiento al pueblo, para que "este centro prospere y Reinosa tenga lo máximo que puedeatener", dentro de sus posiblidades.

Begoña Caamaño también se encontraba ayer "tensa" porque nunca había pensado en jubilarse. De momento, irá a visitar a su familia a Madrid porque hace un año que no la ve. Un año en el que se había podido jubilar pero optó por ponerse "en primera línea" para hacer frente a la pandemia desde el hospital campurriano "con entusiasmo" y poner así "un sello a su carrera".

Ahora, quiere vivir en paz y con tranquilidad, con lo que la gusta, "que es poco y sencillo", y con salud, que la tiene buena. Se despide emocionada, "con lágrima permanente" y con el amor y el cariño de sus compañeros y el pueblo, donde, de momento, va a seguir viviendo: "he sido una persona muy querida, esa es la finalidad del ser humano y yo la he percibido muy bien".