El homenaje será este jueves en la Casa de los Camineros de Matamorosa y también se reconocerá la labor y trayectoria de todas las mujeres del municipio, “haciendo hincapié en la potenciación del conocimiento de la realidad de las mujeres rurales”
El acto contará con la actuación del cantante Manuel Sañudo, que junto al guitarrista Diego García, ofrecerá un recital de canciones de su nuevo disco titulado ‘Los cantos de mi vida'
La Consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Begoña Gómez del Río, presidirá el acto de homenaje a las mujeres de Campoo de Enmedio, en un acto organizado por el Ayuntamiento y que tendrá lugar el próximo jueves 27 de marzo, a las 17,00 horas en el centro cultural de la Casa de los Camineros.
En la persona de María Luz Gutiérrez López (Requejo, 1929), se reconocerá la labor y trayectoria de todas las mujeres del municipio, haciendo hincapié en la potenciación del conocimiento de la realidad de las mujeres rurales, así como destacar la relevancia de las aportaciones profesionales y personales de mujeres destacadas de la vida cotidiana, resaltando la importancia de la mujer en el desarrollo de diversos campos de la sociedad, la economía y la cultura.
Como viene siendo habitual, el Consistorio homenajea, por orden de nacimiento, a sus personas más longevas.
Este certamen pretende así mismo dar a conocer la realidad de la mujer en el municipio y su implicación en crear una sociedad próspera y con futuro. En ello colaboran de manera decidida todas las asociaciones, mediante las cuales se dota a los diferentes pueblos de un marco estable donde reunirse, charlar, realizar actividades y poner en común sus inquietudes.
El acto contará con la actuación del cantante Manuel Sañudo, que junto al guitarrista Diego García, ofrecerá un recital de canciones de su nuevo disco, titulado 'Los cantos de mi vida'.
Trayectoria vital de María Luz Gutiérrez López, por su familia
Ma Luz Gutiérrez López nació en Requejo el 21de Agosto de 1929 en el barrio de la Agüera de Requejo en el seno de una familia formada por Manuel Gutiérrez Marlasca y Leonor López Castañeda, Manuel de Requejo de toda la vida y Leonor de Villapaderne.
Manuel fue carretero, ganadero, tratante de ganado y agricultor toda su vida. Trabajador incansable, excelente vecino y gran amigo de sus amigos, apreciado por todos sus convecinos. Tenía las mejores parejas de vacas y bueyes de la zona de las que presumía y le pedían consejo muchos ganaderos de la zona para mejorar la especie, pues tenía muy buenos sementales.
Su mujer Leonor, mujer trabajadora donde las haya, le apoyaba en todas sus tareas y era su bastión y complemento como ganadera y agricultora. Nunca se les puso nada por delante.
A Leonor siempre le gustó ir de romería con Manuel y sus vecinos después de las labores de la recogida de la hierba y de la trilla. Llevaban la merienda a Arroyo, a Horna y bailaban al son de la pandereta que Leonor tocaba de maravilla. Era una maestra, a lo" pesao", a lo "ligero".
Ya siendo abuela, Leonor, que era muy echada "palante" se presentó en las fiestas de San Mateo con su pandereta cantando en el templete de la plaza de Reinosa y del Teatro Principal con las rondas de mozos, rabelistas y parejas de baile de Campoo. También fue a Santander a tocar a la Plaza Porticada y a Astillero entre otros lugares de actuación. Qué orgullo de esposa, abuela y madre!!!!!!!
Tuvieron tres hijos: Ma Luz, Julio y Manoli, de los que Ma Luz es la mayor.
Ma Luz estuvo estudiando en las monjas de Reinosa, pero el colegio no le gustaba mucho, fue a coser, bordar, como muchas de sus amigas del pueblo. También ayudaba en casa con las labores del campo: cuidaba la "boyada", iba a los prados a rastrillar, a la era a trillar, a sembrar patatas, y cuando terminaba la jornada se ponía guapa y quedaba con sus amigas para ir a alguna romería de los pueblos de alrededor.
Conoció a Antonio un chico muy guapo y moreno de Aldueso que trabajaba en la Naval y se hicieron novios.
Se casa con Antonio López Montes cuando ambos tenían 27 años.
Se quedan a vivir en Requejo en la casa de los padres de Ma Luz, aunque tenían una casa suya en propiedad preparada para vivir en ella (casa que al final nunca habitaron) ya que siempre se quedaron en casa de los abuelos.
Se dedicaron a ser agricultores, ganaderos como sus padres, y cuando su marido le tocaba ir a trabajar a la Naval, ella se encargaba de ordeñar las vacas como buena ganadera, de la huerta, de sembrar, de la casa, y de todos los trabajos de sol a sol que conllevaba la vida en un pueblo como hacían la mayoría de las mujeres de su época.
Amén de los viajes que hacían a la Cooperativa de la Naval para hacer la compra que como no había coche en la casa, tenía que venir desde Reinosa a Requejo con la compra cargada como una mula.
Nace su única hija, Manoli, que es la alegría de la casa.
Su hija ha estado viviendo en distintas ciudades españolas y también en muchos países extranjeros, hasta que se ha asentado en Madrid, aunque aún ahora sigue viajando.
Ma Luz y Antonio han pasado en los últimos años el otoño y el invierno en Madrid donde disfrutan de su hija y de su único nieto Alejandro, que es un amante de Requejo, ya que ha pasado todos los veranos de su infancia aquí en Campoo. La primavera y el verano lo pasaban aquí en Requejo que hace mejor clima, hasta que falleció Antonio en 2016. Desde entonces, aunque Ma Luz se vale por sí misma, ya no se atreven a dejarla sola en Requejo y pasa todo el año en Madrid, excepto dos meses de verano que viene a pasarlos entre Requejo y Santander.
Aún estando en Madrid, siempre tiene a su pueblo, Requejo, en la boca. Está pendiente de cuando hay que pagar las azas y los pastizales. Cuando ve la predicción del tiempo todos los días pregunta: "Cómo va a hacer allá arriba?" (Refiriéndose a Requejo).
Le preocupa si llueve mucho por si hubiera goteras en su casa del pueblo, y un largo etcétera.
A sus 95 años, casi 96, sigue siendo la matriarca que une a nuestra familia, la que con su mirada tranquila y su palabra justa nos enseña el verdadero significado de la paciencia, la generosidad y la dedicación. Ha vivido momentos difíciles, pero siempre con una sonrisa en el rostro y una actitud positiva ante la vida.