La Cantina de Lola, en Cañeda, celebró su segunda magosta. Chus y Ana no pierden las tradiciones y se rodearon de buenos amigos para disfrutar de una olla ferroviaria, de la empanada de Toñín el de Orzales, de las sopas de ajo de Tolas y Rebeca y, por supuesto, de las preciadas castañas. No faltó a la cita el folclore, en un buen ambiente.