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Deporte | Reinosa

Lucha de Brazos, ganar en un segundo

Con motivo del III Open Lucha de Brazos San Mateo 2013, os ofrecemos un reportaje con algunos de sus protagonistas

Al pensar en los pulsos hay varias imágenes recurrentes que nos puede venir a la mente. Competiciones en los pupitres del colegio o fanfarronadas nocturnas en bares, con apuestas de por medio, que conllevan subidas y bajadas de egos. Incluso nos acordamos de una épica película interpretada por Stallone, que -sin quererlo- era un desastre como padre, pero que con el giro de su gorra obtenía la fuerza necesaria para vencer a los camioneros más rudos, y mantener a su hijo y su camión de su parte.

Más allá de todos estos clichés, hay un grupo de personas que se toma la lucha de brazos muy en serio. Camilo Vega -campeón de España, de Europa y subcampeón del mundo- ha conseguido unirlos y crear la Asociación Lucha de Brazos Merindad de Campoo. Entrenan duro, compiten en locales que patrocinan este deporte, y van obteniendo buenos resultados que indican su progresiva profesionalización en Campoo.

El III Open de Lucha de Brazos de San Mateo puede ser una buena oportunidad para promocionar un deporte que mezcla fuerza y técnica, y en el que se puede ganar o perder en un segundo.

Hace ya un par de años que Camilo Vega se decidió por crear una asociación y sentar así las bases de un nuevo deporte en la comarca, la lucha de brazos. ‘Echar un pulso', como lo llamamos coloquialmente, es bastante más que fuerza bruta, y Camilo y casi una treintena de personas más -quince de ellos federados- entrenan varios días a la semana para hacerse un hueco en este minoritario y emergente deporte. 

Primero se corrió la voz, luego vinieron todos los trámites burocráticos y, ya bajo el nombre Asociación Lucha de Brazos Merindad de Campoo, un grupo de personas sintió curiosidad por ver lo que Camilo les podía enseñar. Otros, como Raúl Fernández, que ganó su primer campeonato en el año 1996, vieron con la creación de esta asociación una excelente oportunidad para retomar la competición. Si bien es cierto que nunca se había desentendido, sí había aparcado un poco su práctica ya que no había un lugar serio en el que entrenar.

En esta asociación también hay lugar para personas como Mariano Merino. Nunca había competido a nivel profesional, pero un día asistió como público a un torneo en Picos de Europa, en la que participaba Camilo, y desde entonces sigue con él, brazo con brazo. "La primera vez que vi este deporte me enganchó pero lo que realmente ha hecho que siga viniendo ha sido el buen ambiente que tenemos entre nosotros", comenta Mariano.

Otro ejemplo es el de Anabel Gutiérrez, una mujer que en muy poco tiempo ha conseguido ser subcampeona de España en peso libre. Un deporte que no conoce de edades ni de sexo. También está el prometedor Aaron Gutiérrez, que ha conseguido el subcampeonato en categoría Infantil.

En el caso de Camilo, su palmarés es apabullante. Después de un paréntesis de casi veinte años sin competir, ha conseguido a su vuelta dos campeonatos de España consecutivos (2012-13); un campeonato de Europa y dos subcampeonatos continentales. Como vigente campeón de España, ha participado recientemente en el Mundial de Polonia, consiguiendo un meritorio décimo octavo puesto. "Hay que entrenar más, los luchadores de los países de Europa del Este son unas bestias. Tiran muy bien", confiesa. A sus 40 años sigue compitiendo en la categoría de 60 kilos y ahora está volcado con crear escuela y con acudir únicamente a las citas más importantes.

Por su parte, Raúl Fernández tiene 38 años y compite en la categoría de 85 kilos. Al igual que Camilo, también tenía derecho a participar en el campeonato del mundo pero no acudió. Las dos primeras plazas de cada país participan en esta cita, pero el asistir o no -en el caso de los deportistas españoles- depende del bolsillo de cada uno.

Los casos de Camilo, Raúl, Anabel y Aaron son los que mejor reflejan el buen estado de forma de la lucha de brazos campurriana, pero también hay otros deportistas que merecen ser nombrados y que están mejorando paulatinamente sus resultados. El equipo federado también lo componen: Carlos Merino, José Carlos Martínez, Álvaro Pérez, Daniel Gutiérrez, Andrés de la Pinta, Luis Cuenca, David Quevedo, Marcos Gutiérrez, Soraya Vega, José Ángel Gutiérrez y Roberto Macho, por citar a los miembros federados. Aun así, hay otras tantas personas que entrenan con ellos, y todo indica que están creando escuela.

El equipo compite en la liga de Asturias. Generalmente luchan en los locales que los patrocinadores habilitan expresamente para celebrar veladas de lucha de brazos. De momento, la financiación proviene del dinero de los socios y, en el mejor de los casos, de algún sponsor. No obstante, Camilo confía en recibir en breve alguna ayuda pública para cubrir una parte de los costes que tienen que afrontar por practicar este deporte.

La lucha de brazos, nos cuenta, requiere mucho entrenamiento. Tener un torso potente ayuda y la alimentación es fundamental, hay que suplementarse como en cualquier otro deporte. En las aulas del Casimiro Sainz pasan unas ocho horas semanales. Unas veces hacen ejercicios con máquinas, otras utilizan las pesas o hacen flexiones y dominadas. Pero "el callo verdadero se hace tirando en la mesa durante mucho tiempo".

Desmontando tópicos.

Quienes lo practican echan por tierra algunos estereotipos sobre los pulsos. "Hay más lesiones en el fútbol que en la lucha de brazos. Lo que no se debe hacer es tirar en los bares estando de fiesta. Para eso están los entrenamientos y las competiciones. En definitiva, hacerlo con alguien que de verdad te enseñe", indica Raúl. Aun así, reconoce que "se sufre desde la punta de los dedos hasta la punta del dorsal". Pues con la lucha de brazos se trabaja todo el tren superior y los tendones sufren mucho.

"Mucha gente piensa que tener una mano grande, un antebrazo fuerte o un bíceps muy desarrollado es fundamental, pero tiene que ser todo el conjunto". Además, "no hay una máquina para entrenar todos los músculos a la vez y hay que hacer un entrenamiento específico para cada zona", precisa.

A juicio de Camilo, la técnica es tan importante como la fuerza. "Aunque no es lo habitual, he tirado con gente de 50 kilos que ha ganado a otros que pesaban 80". Nos da una de las claves para prosperar en este deporte: "donde uno se curte de verdad es en la mesa. Puedes hacer todas las pesas que quieras pero lo más importante es hacer mesa".
Además de las victorias en las competiciones al máximo nivel, Camilo también tiene otros alicientes, "es un gusto ver como ganan mis compañeros, me he alegrado mucho por los puestos que han conseguido Raúl y Anabel, y también es un placer que vengan chavales jóvenes como Mariano y ver su evolución".

Por su parte, Raúl lo tiene claro, "ya tenemos una edad, mantenemos la esperanza por vencer algún día pero necesitas gente detrás que te apoye. La satisfacción de este deporte es ganar, y esto ocurre en un segundo".

Sentar las bases.

Como muestra de que van en serio, Camilo comenta que hace poco han tenido la visita de un juez de control antidopaje a nivel mundial, que ha pasado por Reinosa para confirmar que las cosas se están haciendo bien. Para garantizar su evolución, cuentan con la ayuda de José Jaime Urcaregui, 8 veces subcampeón del mundo. Además, nos anticipa ilusionado que es probable que acuda al inminente torneo de Reinosa uno de los mejores luchadores mundiales, el georgiano Jaba Getiashvilli. El trabajo va dando sus frutos y se va profesionalizando.

Según Camilo, la mayor ambición deportiva para la lucha de brazos es que en los siguientes Juegos Olímpicos sea declarada ‘Exhibición Deporte Olímpico', y así los organismos oficiales puedan declararlo deporte olímpico para la siguiente cita. El mismo fenómeno que ocurrió con el taekwondo.

Los países de Europa del Este son la mayor potencia mundial. En este último mundial de Polonia la selección rusa ha sido la primera en el medallero. Camilo confiesa que envidian la condición de los deportistas de élite de estos países. Tienen dedicación exclusiva y reciben un sueldo por practicarlo. "Si tuviésemos un entrenador de allí mejoraríamos mucho y muy rápido", vaticina.

De momento, ambiciona tener una liga propia en Cantabria y que sea tan fuerte como la de Asturias. "En España hay un problema porque hay dos federaciones y lo conveniente sería fusionarlas para crear una de más peso a nivel internacional".

Por último, hace un llamamiento, "animamos a la gente a que lo pruebe en las escuelas de deporte a ver si les gusta. Nosotros estaríamos encantados de dar clases. Hay mucha camaradería y es un ambiente sano que no está viciado como otros deportes que mueven tantísimo dinero".