El jueves de la pasada semana vimos que se limpiaba el cauce del Rio Ebro, en las zonas aledañas al puente de los Obesos, aguas arriba y abajo del mismo.
Esa decisión ha sido muy acertada porque el cauce del río estaba invadido por la maleza que brota y crece poderosa en cada período estival, pero con profusión mucho más notoria si cabe en este verano, hasta tal estado que dos de los tres ojos del puente estaban completamente taponados y apenas se podía ver discurrir el agua en un reducido regato.
La actuación de la Concejalía de Obras ha sido muy acertada y es de agradecer por dos razones principales: se elimina el obstáculo para la fauna y se evita el enorme riesgo de inundación del Quintanal en tiempo de fuerte desnieve invernal si se hubiera mantenido en esa situación.
Pero también es esta una ocasión para pedir al Ayuntamiento que aborde, conjuntamente con la CHE, una limpieza integra de la maleza existente en ambas riberas del Rio Ebro a su paso por Reinosa, y muy especialmente desde el puente de la Residencia San Francisco I hasta el de la Avda. Carlos III, porque están reduciendo peligrosamente el cauce, y porque dan un aspecto francamente desagradable a propios y foráneos que, desde el centro de Reinosa, observan con extrañeza el estado de abandono de nuestro río más emblemático por haber dado origen a la denominación de esta Nación.
Es de notar que las riberas de la mayoría de las localidades por las que discurre este río están limpias y acondicionadas, seria muy deseable que Reinosa deje de ser pronto la excepción.