Libros para pensar, soñar y crecer. Libros para imaginar y libros para despertar. Libros para vivir otras vidas y libros para guiarte en tus días. Libros cómplices, secretos y prohibidos. Libros revolucionarios y libros verdugo. Libros que aman, que duelen y huelen.
Libros que pesan, libros leves, libros de cien años y otros de un suspiro. Libros grandiosos y libros lamentables, libros memorables y otros infumables, libros de culto y libros basura. Libros que llegan en su momento, libros de relleno y libros oportunistas. Libros exactos, inacabables e inacabados.
Libros olvidados, que crían polvo en estanterías; sin abrir y que no serán leidos. Libros que dejan huella, que se arrugan y te marcan la cara cuando te quedas dormido. Libros blancos, negros, rojos y otros que amarillean, libros que maduran contigo. Libros que te hacen viajar mientras viajas.
Libros para levantar y con los que volverte a tropezar. Libros digitales, libros para tocar, respirar, subrayar y releer. Libros para regalar y firmar, libros prestados que no te devolverán y algún libro robado que no lo confesarás. Libros ignífugos, libros que hablan de ti, libros dedicados en un tiempo y un lugar.
