Mañana intentará convertirse en el primer español en recorrer 100 kilómetros sin parar en rollerskí
Pretende dar siete vueltas por las carreteras del valle de Campoo en menos de 5 horas
"Esto es simplemente un reto, tanto personal como deportivo, no es una carrera, solo estaré yo, sin nadie más, salvo todas aquellas personas que (me haría mucha ilusión) deseen verlo, darme algo de agua, un poco de comida y todas aquellas cosas que solemos comer y beber cuando hacemos algo de deporte".
Este es el llamamiento que ha hecho Juan Torres los días previos al reto que se ha marcado para este sábado, 8 de octubre, a partir de las 9.00 horas: ser el primer español en completar 100 kilómetros sin parar en la modalidad rollerski, a través de un circuito de siete vueltas por el valle Campoo con salida en Nestares pasando por Villacantid, Barrio, Espinilla, Paracuelles, Fontibre, Salces y Nestares.
El deportista campurriano necesitará rodar a una velocidad media superior a los 20 kilómetros por hora y finalizar la proeza en menos de cinco horas. Para ello, estará acompañado al menos por cinco personas a la vez; desde el avituallamiento hasta un guía que le abra la marcha y le haga de ‘liebre' por el carril bici de las carreteras que atravesará.
"Una autentica locura; no parar y, sobre todo, no caer", apunta el deportista, que llevaba más de un año dándole vueltas a la cabeza para buscar una gesta en la que probar sus capacidades. Al final, motivado por la actuación del biatleta Martin Fourcade (competidor de la Copa del Mundo) hace un par de meses, al ser la primera persona en el mundo que ha recorrido esos 100 kilómetros en rollerski, (en 5 horas y 24 minutos), se ha decantado también por trasladar el esquí de fondo al asfalto.
Después del camino abierto por el francés, Juan Torres quiere ser el primer español en realizar esa distancia sobre patines y con la ayuda de los bastones, pero quiere ir más allá: batir el tiempo de su predecesor bajándolo en 24 minutos.
Para lograr esa marca, lleva dos meses haciendo "tiradas largas" prácticamente a diario (unos 30 kilómetros en las que incluye el ascenso a El Chivo pero nunca más de dos horas). Confía en sus capacidades y, a pesar de las sugerencias de varios amigos que también practican este deporte, no va a entrenar la misma distancia que pretende batir antes de la prueba: quiere probar su fortaleza.
Pero a Juan Torres la técnica de este deporte no le coge por sorpresa, lo lleva practicando desde finales de los años noventa. De hecho le concedieron el premio al Mejor Deportista Campurriano en esta modalidad a comienzos de la primera década del presente siglo, cuando el esquí sobre patines estaba en auge en la comarca pero que en la actualidad solo practican unos pocos.
"Que no haya viento, estar pendiente del reloj, gafas, mono de verano, bastones, botas de esquí, los roller, mucha crema en el cuerpo y a darle caña". Eso de equipamiento, pero será imprescindible que las caderas, los hombros y los tríceps no digan basta antes que su cabeza, a lo largo de un trazado llano en el que bajando por Fontibre puede alcanzar velocidades entre los 35 y los 49 kilómetros por hora.
Para dar cuenta del posible récord, el deportista llevará de testigo a un familiar que registrará con dos drones y una cámara de fotos el desarrollo de la carrera. Si lo consigue, cuando vuelva a sentir las extremidades, asegura que llamará a la RFDI (Real Federación de Deportes de Invierno) para homologar esta extenuante prueba de resistencia. "Tenemos un increíble parque de atracciones en nuestro Valle, ¡disfrutemóslo!", asegura.
