El mercado inmobiliario está recuperando cierta parte del movimiento que tenía antaño. Todavía se está lejos de las cifras que supusieron el gran 'boom' pero se ha dejado atrás ese estancamiento que se había producido con la crisis económica. En gran parte debido a la falta de ahorro por parte de las familias, a la negativa a conceder créditos de las entidades bancarias así como de la cantidad de 'stock' que había acumulado. Con los primeros síntomas de recuperación son muchos los que se atreven a dar el salto desde el alquiler y optar por la obtención de su primera vivienda. Y aunque de primeras pueda parecer un proceso sencillo en realidad no lo es. Hay que estar siempre bien informado para obtener las mejores condiciones posibles y que no se produzca ningún tipo de engaño a través de cláusulas dudosas así como un pago de cuotas más elevado.
Consultar la hipoteca para primera vivienda implica conocer de primera mano cuáles son los diferentes detalles según el tipo de entidad bancaria que se consulte. No todas son iguales, ofreciendo diferentes condiciones así como que cada proceso es distinto, pues la hipoteca que tú pides no tiene nada que ver con la de otra persona. Hoy en día los medios para obtener esa información que garantice un proceso transparente es mucho más sencillo. Por lo tanto se deja atrás esa opacidad de antaño donde no siempre las cosas estaban del todo claras. A la hora de establecer una hipoteca es necesario saber cuál es el valor de la vivienda, si se trata de un tipo de interés fijo o variable, el número de años, si existe algún tipo de comisión (normalmente a la hora de abrir la hipoteca así como de cerrarla antes de tiempo) o cualquier otro elemento.
Puede darse el caso de que la entidad bancaria vincule la hipoteca a la apertura de algún tipo de plan de pensión o domiciliar la nómina. No se puede comprometer la vivienda por falta de información, de ahí que sea clave conocer siempre al dedillo todo lo que se estipula en los contratos.
