La gripe se mantiene en nivel epidémico bajo en Cantabria con una incidencia de 150,34 casos por cada 100.000 habitantes, casi un 47% más que la semana pasada. Los datos de bronquiolitis también ascienden levemente, con 22 casos, es decir 3,72 por cada 100.000 habitantes, un 15,8% más, según los datos facilitados hoy por el Gobierno de Cantabria.
Así, aunque las cifras de gripe y bronquiolitis correspondientes a la semana 48 del año (del 24 al 30 de noviembre de 2025) son ligeramente mayores a la semana previa, la circulación del COVID-19 es escasa, con solo dos casos declarados.
La incidencia estimada global de Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs) continúa en aumento con 708 casos por 100.000 habitantes, frente a los 620,51 de la semana 47 del año (del 17 al 23 de noviembre). Los datos registrados también indican que se observa un discreto aumento del Virus Respiratorio Sincitial (VRS), ya que se han declarado 35 nuevos casos.
Datos de hospitalización
Si hablamos de Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG) que han requerido hospitalización, la tasa estimada ha aumentado durante esta semana y se sitúa en 21,45 casos por 100.000 habitantes, un 46.4% más que en la precedente (14.78/100.000 en la semana previa). El porcentaje de positividad para gripe es de 46.4% (41.86% en la semana previa), con un valor inferior al 12% para VRS y cercano al 1% para SARS-CoV-2.
Las urgencias hospitalarias aumentan respecto a la semana anterior y sobrepasan ligeramente las cifras medias de actividad en urgencias, con 6.714 asistencias. Si hablamos de tipologías, se incrementa discretamente el número de procesos febriles, síndromes generales y alteraciones respiratorias graves/disnea, probablemente vinculadas a infecciones respiratorias agudas.
Cobertura vacunal
Desde la Dirección General de Salud Pública se insiste en que la vacunación es una de las herramientas más eficaces para fortalecer el sistema inmunológico y proteger contra las enfermedades infecciosas. Por eso, ha vuelto a insistir en la necesidad de lograr una cobertura de vacunación superior al 75% en personas mayores y personal sanitario. El objetivo es del 60%, si hablamos de embarazadas y personas en condiciones de riesgo.
Así, en estos momentos, respecto a la vacunación antigripal, en el grupo de población mayor de 60 años, se han administrado 96.776 vacunas, con una cobertura vacunal del 51,30%. En el caso de profesionales sanitarios, el porcentaje de vacunación es inferior al 40% (38,46%), muy lejos del objetivo inicial.
7.975 vacunas se han inoculado entre la población infantil de 6 a 59 meses y 1.138 a embarazadas, un 37,86% sobre el 60% marcado como objetivo.
En vacunación contra la COVID-19, se han administrado 40.211 dosis, entre la población mayor de 70 años, lo que arroja un porcentaje de cobertura vacunal del 38,36%.
Por último, la campaña de inmunización contra VRS ha hecho casi pleno, ya que de los 1998 bebés registrados como población diana, se ha vacunado a 1.867, un 93,44%.
Prevención para evitar el contagio
Debido a este incremento en la incidencia de IRA de origen vírico, vinculada a los meses fríos, la Dirección General de Salud Pública recuerda a la población que es necesario seguir una serie de recomendaciones básicas para evitar el contagio de las enfermedades respiratorias.
Así, además de insistir en la vacunación preventiva frente a la gripe, COVID-19 Y VRS en los grupos diana, hay que mantener una buena higiene de manos, con lavados frecuentes con agua y jabón, y cubrirse el estornudo y la tos con el pliegue del codo, nunca con la mano, y evitar el contacto con otras personas si se está enfermo.
Además, es recomendable el uso de mascarilla en pacientes con procesos respiratorios, como gripe u otras infecciones agudas, para poder mantener con seguridad su actividad habitual.
También hay que fomentar el uso de espacios al aire libre y en espacios interiores es bueno ventilar a menudo. Entre las recomendaciones más habituales están las de usar pañuelos desechables, alimentarse bien y beber muchos líquidos y evitar siempre el consumo de tabaco, que además de ser muy perjudicial para la salud, debilita el sistema inmunológico y lo hace más vulnerable a enfermedades como la gripe.
Tanto la gripe como los catarros comunes y resfriados son procesos víricos que no responden a los antibióticos. En casos no graves, es conveniente limitar, en lo posible, la asistencia a consultas médicas en hospitales o centros de salud, puesto que supone un elemento de transmisión de la enfermedad en entornos altamente vulnerables.
Únicamente es recomendable acudir a los centros de salud y servicios de urgencias cuando se presentan síntomas llamativos o señales de alarma, como fiebre muy alta, tos persistente, dificultad para respirar o malestar general.











