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Gerdau I+D desarrolla técnicas de ultrasonidos para mejorar la calidad del acero

Gerdau I+D desarrolla técnicas de ultrasonidos para mejorar la calidad del acero

La técnica permite la evaluación, con una gran precisión, de anomalías internas del acero de muy pequeño tamaño

La empresa Gerdau, con una planta en Reinosa, ha consolidado la técnica de análisis por ultrasonidos de alta frecuencia que permite la evaluación de defectos internos del acero de muy pequeño tamaño, con gran precisión y solidez.

En concreto, esta técnica se ha utilizado en la evaluación de la limpieza de aceros de ballestas de alta resistencia, sensibles a defectos internos menores de 50 micras, las cuales son imposibles de detectar por ninguna otra técnica con similar nivel de fiabilidad, representatividad y seguridad. Ello obliga a una focalización extremadamente precisa, ya que, en caso contrario, la onda se dispersa y la determinación del tamaño del defecto es errónea.

El equipo de Ultrasonidos de Inmersión de Alta Frecuencia permite la identificación y el dimensionamiento correcto de los defectos, y la determinación de daños internos relevantes para la resistencia a la fatiga de los diferentes aceros. Dicha influencia en la vida del acero depende del tamaño y forma de los defectos internos, de su posición en la pieza, y de la microestructura y propiedades mecánicas del acero.

Estableciendo una analogía, los ultrasonidos de alta frecuencia son equiparables a un cronómetro digital con capacidad de medir centésimas de segundo, mientras el resto de técnicas serían comparables a un reloj analógico que sólo mide horas y minutos.

Discernir el diferente grado de limpieza permitiría ir más allá en la disminución del número y tamaño de los defectos internos, mejorando las propiedades en servicio de los aceros especiales y aumentando la garantía de calidad de los productos de Gerdau Aceros Especiales.

Los resultados obtenidos permiten modificar los procesos de fabricación y verificar su efecto positivo en la mejora de la calidad de los aceros fabricados. Un equipo de investigación de este tipo tiene una vida estimada de entre diez y quince años.