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Fomento proyectó hace 20 años la supresión del paso a nivel del límite de Reinosa con Matamorosa

La ejecución del proyecto, que no se llegó a acometer, contaba con un presupuesto superior a los cuatro millones de euros

Los pasos a nivel que jalonan Reinosa siguen siendo uno de los puntos negros con los que cuenta la ciudad, tanto en materia de seguridad como en lo concerniente a la movilidad e integración urbana. Objetos de varios proyectos, estos elementos han estado siempre en el punto de mira del Consistorio reinosano e incluso de ADIF, pero su complejidad y las soluciones aportadas, para unas zonas que ya se han demostrado inundables, han impedido su ejecución.

Precisamente estos días, se cumplen 20 años del intento del Ministerio de Fomento para suprimir el paso a nivel de la Avenida Castilla de Reinosa, en el límite de la capital campurriana con Matamorosa. El presupuesto base de licitación de aquellas obras superaba los 4 millones de euros y el plazo de ejecución se establecía en ocho meses, tal y como fue recogido en el Boletín Oficial del Estado de enero de 2004.

Según se explicaba en los propios informes del Ministerio de Fomento, "la presencia de este paso a nivel producía importantes molestias tanto al tráfico rodado como al tránsito de viandantes, con elevada intensidad por ser uno de los principales accesos a Reinosa, con destacada densidad de peatones por tratarse, además, de una zona urbana".

Esta actuación se incluía en el Programa de Mejora de la Red Convencional del Plan de Infraestructuras 2000- 2007. Las obras proyectadas consistían en la sustitución de dicho paso a nivel por un paso inferior con capacidad para la circulación de vehículos y el tránsito de viandantes, con una longitud cercana a los 200 metros. Además, el Ministerio hacía mención -hace 20 años- al paso a nivel de la calle Julióbriga, anunciando para el mismo la existencia de un proyecto de supresión con la instalación de otro paso subterráneo.

Respecto a este proyecto de Fomento para el paso a nivel de la Avenida Castilla, su primer trazado, elaborado por la empresa Técnicas Territoriales y Urbanas, no fue aceptado por ninguno de los dos consistorios afectados por las posibles obras: Reinosa y Campoo de Enmedio.

El mismo consistía en un nuevo vial dirección Reinosa que partía paralelo al viejo puente de piedra -que se mantendría como camino peatonal - atravesando el parque ajardinado de la Avenida Calonge, tomando altura para pasar sobre el río Híjar, y salvando el tendido eléctrico de la línea de RENFE, confluyendo con la antigua N-611 en las primeras casas del Pozo Pozmeo de Reinosa, cuya acera sería reducida para ensanchar esta conexión.

Con el ánimo de poner solución a los problemas de seguridad que presentaba y presenta el paso a nivel si se aprobó por ambos ayuntamientos la segunda alternativa. Así, el nuevo vial proyectado dirección Reinosa partía desde el viejo puente de Matamorosa (que permanecería únicamente como paso peatonal) atravesando el parque de la Avenida Calonge y superando el cauce del río Híjar a su paso por la localidad sobre paso elevado, rebosando el río y el acceso a la Cooperativa Campoo- Los Valles (en la actualidad Agropal). El vial, con un total de 400 metros de longitud, descendería atravesando seguidamente la vía férrea sobre paso inferior para enlazar con la Avenida Castilla de Reinosa (antigua carretera N-611) sobrepasando la fábrica de galletas Cuétara.

Respecto al acceso a las naves y al entorno de la fábrica de Cuétara y al barrio de Los Páramos, la empresa encargada del proyecto lo proyectaba resolver con otra vía de servicio, facilitando también, el acceso al polígono de Los Páramos desde Reinosa.

Las personas que se desplazasen andando desde Matamorosa a Reinosa, tendrían que pasar por el puente sobre el Híjar y, justo a su finalización, tomarían el acceso para incorporarse al nuevo viaducto que estaba previsto que contase con aceras y barandillas de protección en ambos lados, hasta el paso inferior dotado con la instalación de dos bombas para evacuar las aguas pluviales o las posibles infiltraciones del río y alumbrado exterior como interior. Una vez finalizado el proyecto todo el recorrido de la línea férrea se cerraría con un muro para anular el paso de peatones y animales a la caja de la vía.

Aquel proyecto fue finalmente paralizado por el propio Fomento después de que varios particulares advirtieran con tomar acciones legales si se llevaba a afecto.

Veinte años después, la situación de inseguridad sigue siendo la misma y la solución, tras varias propuestas, la última de ADIF la pasada legislatura, sigue sin convencer. La proximidad de los edificios a las vías rechaza una solución elevada que dividiría a la ciudad y, la soterrada, es casi descartable por tenerse que ejecutar en zonas inundables y más aún después de lo vivido en diciembre de 2019 y toda la experiencia acumulada respecto a los Puentucos.

Por otro lado, y volviendo en concreto al paso a nivel de la Avenida Castilla, a la situación de inseguridad de este elemento, se suma la imagen de abandono de esta zona con tramos de vial sin acera o muy deteriorado, que suponen un gran peligro para los viandantes, la inexistencia de zonas acondicionadas para el aparcamiento y que tanto requieren los trabajadores de Cuétara o la gran montaña de traviesas que ADIF ha dejado junto a la caja de la vía.