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Sociedad | Aguilar de Campoo

Flores y juegos tradicionales para fomentar la convivencia intergeneracional

Usuarios de la Residencia Tercera Actividad y alumnos de 4º del colegio Castilla y León disfrutan juntos de una jornada de actividades

Los usuarios de la Residencia Tercera Actividad y los alumnos de 4º de Primaria del Colegio Público Castilla y León de Aguilar de Campoo disfrutaron el pasado martes de una jornada de convivencia en la que, en compañía de sus tutores, "han compartido una hora de risas, trabajo y juegos con los mayores del centro", gestionado por la Fundación Santa María la Real.

"Siempre hemos tratado de hacer honor a nuestro nombre facilitando a los residentes la oportunidad de llevar a cabo diferentes actividades y tareas, que sirvan para fomentar su autonomía y su relación con el entorno", explica Marimar Espartero, directora de la Residencia Tercera Actividad, quien recuerda que las acciones que llevan a cabo cada año con los colegios de Aguilar inciden en esta meta y "dan vida y alegría a los abuelos".

En esta ocasión, entre todos, abuelos, jóvenes y trabajadores se han ocupado, en primer lugar, de sembrar plantas para dar colorido al jardín-huerto del centro. Petunias, pensamientos y dientes de dragón se han ido intercalando en las jardineras, entre risas y constantes preguntas sobre cómo trasplantar, plantar o cómo y cuánto regar.

Una visita al invernadero de la Residencia para conocer las hortalizas que allí se cultivan ha servido para cerrar esta primera parte del intercambio intergeneracional.

Juegos tradicionales

Las flores han dado paso a los juegos tradicionales. Los jóvenes del colegio han podido jugar a la rayuela, a la tuta, a los bolos, a la peonza o a la comba, ante la atenta mirada de los abuelos, que, sin duda, entre chascarrillos e instrucciones, han rememorado sus recuerdos de infancia.

"Es el primer año que llevamos a cabo los juegos y la experiencia ha resultado tan positiva que, sin duda, repetiremos en próximas ediciones", asegura Natalia García, trabajadora social del centro gestionado por la Fundación Santa María la Real.

Como recuerdo y agradecimiento por el rato compartido los abuelos han obsequiado a los más jóvenes con una petunia, para que puedan poner en práctica lo aprendido y un caracol realizado durante la semana en el taller de manualidades.