El Festival Torre de Villaescusa ha concluido su primera edición con un rotundo éxito de público: los cuatro conciertos programados agotaron todas las entradas disponibles. Con un aforo limitado a poco más de 500 espectadores a lo largo de las cuatro citas, el espacio se ha llenado completamente en cada una. Esto confirma que sí existe un público, diverso y curioso, dispuesto a desplazarse hasta un entorno rural para disfrutar de propuestas musicales de calidad, también en el ámbito de la música clásica.
Buena parte del éxito ha estado en el formato escogido, pensado para acercar la música clásica a todo tipo de público, con o sin formación previa. Los conciertos se celebraron en el pajar rehabilitado de una casa-torre del siglo XVII, un espacio íntimo, rodeado de naturaleza, que ha sido cuidadosamente acondicionado sin perder su esencia rural y patrimonial.
Cada cita comenzaba con una charla informal entre los músicos y el público, donde los intérpretes explicaban el repertorio, compartían curiosidades y permitían adentrarse en el concierto desde un lugar de escucha relajada y cercana. Tras cada recital, el público era invitado a quedarse en el jardín, copa en mano, para seguir la conversación con los artistas.
"Este contacto directo ha sido fundamental -señala José Imhof, pianista y director artístico del festival-. Ha permitido que quienes no conocen mucho de música clásica se acerquen sin barreras, y también que los músicos entiendan mejor cómo se recibe su arte. Ha sido una experiencia muy enriquecedora para todos."
Los artistas participantes han coincidido en valorar muy positivamente la calidez del entorno, la conexión con el público y la oportunidad de actuar en un espacio distinto, humano y sin rigideces, que permite escuchar y sentir la música con otra sensibilidad. Y es que, según ha señalado José Imhof, el Festival Torre de Villaescusa se planteó desde el inicio el firme propósito de que no solo el público disfrutara, sino que también los artistas encontraran en la Torre "un espacio para contagiarse del entorno y vivir la interpretación desde el sosiego".