La tradición comenzó 1988, con un grupo de aficionados al senderismo de Mataporquera, que ascendió hasta el Endino para colocar una cruz de hierro en su cima. Entonces se adquirió el compromiso de subir todos los años y celebrar allí una misa. El testigo, tras veintisiete años consecutivos, lo han recogido muchos vecinos de los pueblos de Valdeolea y, en esta edición, casi un centenar subieron hace unos días a esta cima campurriana, divisoria de los municipios de Valdeolea, Campoo de Enmedio y Campoo de Suso para celebrar allí la eucaristía, a cargo en esta ocasión del sacerdote Emilio Maza, compartiendo además, bocata y unas pastas con vino.