Daniel Romero (Reinosa, 1994) tiene los récords de Cantabria en 50 (23.18) y 100 (51.42) metros estilo libre; dos en relevos de 4 por 50 metros libres (uno con su equipo actual, Club Natación Torrelavega, y otro con la selección cántabra); el de 4 por 100 libre, el de 4 por 200 con el club y el de 4 por 50 estilos con la selección. Un palmarés apabullante para un nadador que en Cantabria se tiene a el mismo como principal rival.
Desde que logró el récord regional en 50 metros libres, con 24.12, lo ha batido tres veces. Una rebaja de casi un segundo en menos de dos años y una distancia con el segundo clasificado que le mantiene a 50 décimas todavía de su primer récord.
Su otro rival, a pesar de su juventud, es la edad. Este fin de semana cumple 20 años y es la fecha límite para pasar de la categoría Absoluto Joven a Absoluto. Sus objetivos siempre han sido "realistas" y ha ido poco a poco. Su primer sueño fue lograr las marcas mínimas para participar en un campeonato de España. Desde los 14 años acude a las pruebas nacionales y ahora -segundo clasificado en los 50 metros libres a nivel nacional- es cuando se plantea seriamente proclamarse campeón en el Open de Abril de Palma de Mallorca.
Reconoce que estar en el agua le ayuda a relajarse y que la natación le aporta una capacidad de concentración que puede aplicar a su vida diaria. Comenta que no todo el mundo ve con buenos ojos su estilo de nadar. Él no entra en polémicas, se pone el bañador, se lanza al agua, nada y el crono replica por él.
-¿Cuándo empezaste a nadar?
-Aprendí a nadar con cuatro años, cuando hice mi primer cursillo. Con nueve años entre en el equipo de Reinosa, primero con ‘Nardi' y luego con Juanma, a quien le dije un día que quería hacer una mínima, me preguntó si estaba seguro y le dije que sí. Gracias a él estoy donde he llegado, me impulsó y me motivó para trabajar duro. Me hacía venir los fines de semana por la mañana y ahora, con un poco de perspectiva, le estoy muy agradecido porque si no igual no hubiese hecho nada en el mundo de la natación.
-¿Cómo se presenta esta temporada?
-La temporada ha comenzado en septiembre y la primera prueba del Campeonato de España ha sido a finales de noviembre en Castellón. Ahora estoy preparando el Open de Abril de Palma de Mallorca y en verano, a mediados de julio tengo otra prueba más en Barcelona.
-¿Qué posición provisional ocupas actualmente en la clasificación de los 50 y 100 metros libres?
-En los 50 libres estoy el segundo de España, a seis décimas del primero, que tiene una marca de 23.12, y en los 100 metros ocupo el séptimo lugar, a menos de medio segundo del tercer clasificado. Me encuentro en un momento deportivo bastante bueno, creo que podría hacerlo bastante mejor, porque me considero algo vago, pero para lo que me permite el hombro, estoy haciéndolo bastante bien. Se nota mucho el número de horas de entrenamiento y la labor que hace conmigo el entrenador Bernardo Bustillo, que me ayuda y corrige desde que llegué al Club de Natación de Torrelavega hace un año y medio
¿Cuáles son las principales diferencias entre competir y entrenar en Reinosa a hacerlo en Torrelavega?
-No hay diferencia en las instalaciones, pero sí en las horas que dedico a la natación. Estando a pleno rendimiento, entreno entre 15 y 20 horas semanales entre piscina y gimnasio. Hay ocasiones en las que además de las tres horas diarias que dedico en Torrelavega (dos de natación y una de gimnasio), trabajo durante otro par de ellas en las piscinas de Reinosa. Antes aquí era una hora diaria y eso se nota mucho.
-¿Cómo te encuentras con la lesión que sufres?
-La arrastro desde el año pasado y a veces tengo que descansar un par de días porque no aguanto el dolor. Es una sensación que me recorre la espalda, pasando por el hombro, hasta el antebrazo, son como pinchazos muy intensos. Me duele más al término del entrenamiento, pero cuando acabo me voy a casa con la satisfacción de haber tirado hacia adelante. También hay otros días en los que me tengo que salir del agua porque no aguanto más.
El problema es que las distancias que yo nado son pruebas de velocidad en las que necesitas más intensidad y hay que aplicar mucha fuerza. Son sesiones rápidas en las que vas prácticamente al límite. Por suerte, he aprendido a dosificarme, y cuando siento molestias prefiero hacer ocho sesiones suaves que dos al límite, y correr el riesgo de ‘partirme'.
-¿Cuál es tu meta a corto plazo?
-Intentar meterme en la final de 50 y 100 metros libres del campeonato de España en Palma de Mallorca, y si entro en la final de los 50, luchar por ganar o estar entre los tres primeros. Primero el objetivo era acudir a los campeonatos nacionales, luego muchos años soñando con participar en la final, y ahora, creo que es la última ocasión que tengo para poder ganar un campeonato de España, porque cuando pase de categoría se volverá a complicar. Una vez que cumpla los 20 años pasaré de competir en Absoluto Joven a hacerlo en Absoluto, y en esta categoría, con unos resultados muy exigentes, los clubes fichan a nadadores extranjeros, lo cual limita la proyección y continuidad de los nadadores nacionales y hace que tengamos una peor posición en el ranking.
La de Mallorca será una prueba muy exigente porque en 23 segundos puedes quedar primero por una centésima o el cuarto por media. Sucede todo muy rápido, muy apurado. La suerte también influye y en un instante puedes tenerlo todo o quedarte con nada.
- A pesar de tu juventud, ya has logrado importante éxitos deportivos, ¿cuál es el mejor recuerdo?
- Tengo varios: la primera mínima para participar en un Campeonato de España, el primer récord de Cantabria, la primera final de un Campeonato de España -hace dos años y medio en Pontevedra-, que me clasifiqué el noveno de diez y me hizo muchísima ilusión. También el primer récord de Cantabria por relevos que conseguimos el equipo de Reinosa; fue muy emocionante porque ninguno habíamos tenido nunca nada similar. Atravesábamos un gran momento de forma y son recuerdos que siempre quedarán ahí.
-¿Qué supone en tu vida la natación?
-Nadar es mi momento del día. Es una parte muy importante porque soy bastante nervioso y me ayuda a relajarme y también a concentrarme. Me aporta una capacidad de autocontrol que puedo aplicar a muchas facetas de la vida diaria.
Cuando salgo del agua me encuentro cansado, pero cuando lo haces bien te vas a casa con una gran satisfacción. En el agua desconecto, estoy a lo mío. Una vez que salgo podemos hablar de lo que quieras, pero en el agua me lo tomo en serio, nadar es mi momento del día, el que tengo para mí solo.
-¿Qué piensas justo en el momento previo de tirarte al agua?
-¡No pienso! Es más, mi padre que es el que más me anima, vocea mucho, y te aseguro que se le oye muy bien. Pues yo no me entero, y luego repasando la carrera en video no me explico cómo no le escuchaba. Estoy tan metido en lo mío que no me entero de lo que pasa a mi alrededor.
De todas formas, en función de lo que te juegas la concentración varía mucho de unas pruebas a otras. Además hay muy buen rollo en las competiciones de Cantabria. Cuando no es muy importante vas más relajado, hablas con los compañeros, les preguntas que tal se encuentran, etc...Me llevo muy bien tanto con niños de 13 años como con chavales de 24. Hay mucha deportividad. Después de una prueba, cuando a uno le sale mal, lo habitual es que el de al lado te apoyo en lugar de alegrarse porque no te haya ido bien.
Al margen de las pruebas que no son tan importantes, cuando son las mías, me tiro fuerte, me gusta probarme y voy con todo lo que tengo. En otras como braza o mariposa, como no son mi especialidad, voy con otra presión.
-¿En qué ha evolucionado tu manera de nadar?
-He cambiado muchísimo, antes era más impulsivo. A base de horas, interés y el trabajo de mis entrenadores he ido corrigiendo sobre todo aspectos técnicos. También me encuentro más fuerte. Por ejemplo, estoy comenzando a nadar estilo mariposa, que a día de hoy no sé nadarla. ¡Hay que dar dos patadas y yo solo doy una! Es otro de mis objetivos a corto plazo. Mi entrenador me ha dicho que cuando aprenda la técnica lo haré bien porque tengo capacidades. Así que en las competiciones que no son mi fuerte voy a probarme y nadar con este estilo.
-¿Qué es lo más importante para las distancias de velocidad?
-Además del estilo, la salida y el giro, que te pueden dar la vida o te pueden hundir. La diferencia es de un segundo (entre los 23 y los 24). Si sales mal o no tocas bien la pared, todo lo que podías haber ganado nadando lo pierdes por esos fallos.
Recuerdo mi último año con el equipo de Reinosa, que acudí a la prueba del campeonato de España en Sevilla y me quedé a las puertas de la final por un resbalón en la salida. De todo se aprende. Aun así, la salido siempre se me ha dado bien, lo veo en fotos, y es verdad que soy de los más rápidos saliendo. Lo habitual es que los nadadores salgan a 15 metros por debajo del agua y yo salgo antes, a unos 8 o 10, salgo más rápido porque no se me da bien nadar por debajo del agua. Cada uno tiene su técnica.
-A pesar de tu juventud, ya eres un ejemplo para los nadadores más pequeños de Reinosa.
-Puede que sea un ejemplo, bueno o malo. Digo lo de malo porque mucha gente no entiende mi forma de nadar. Hace tiempo vi un video en el que sale un chico, también nadador, que decía que no entendía "¿cómo nada tan rápido haciéndolo tan mal?". Son opiniones...
Yo he tenido por ejemplo durante mucho tiempo a Rubén Martínez, que nada el equipo de Piélagos. Me gustaría tener el récord durante algunos años, pero también me gustaría que dentro de un tiempo venga otro y lo bata. Siempre está bien tener ejemplos que puedas superar.
-¿En qué se basan?
-Igual no soy tan técnico como otros nadadores, pero yo también puedo opinar que otros tampoco lo hacen todo lo bien que ellos creen. Antes de la prueba de Castellón para el campeonato de España, estuve en Madrid con un entrenador del centro de alto rendimiento de velocistas, y me dijo que nadando despacio lo hacía mal, pero que nadando rápido lo hacía muy bien. Son opiniones, al final no sabes muy bien a quién hacer caso. Intentas progresar manteniendo tu estilo.
Al fin y al cabo, depende de la persona, que le guste más o menos cómo nadas. Creo que la gente que hace buenas marcas, al margen del estilo, siempre será una referencia para los demás.
-¿Cuáles consideras o te han dicho que son tus puntos fuertes?
En estilos el que mejor se me da es el crol y el más débil la braza. En esta modalidad la salida está limitada a los 15 metros y, como yo no soy bracista, aprovecho mis capacidades para para apurar hasta esos 15 metros nadando por debajo del agua, porque al salir a la superficie soy más lento que otros nadadores. Intento salir lo más lejos posible, me la juego en salida con el riesgo de que me descalifiquen, pero a veces no da malos resultados. Por otra parte, considero que uno de mis puntos fuertes son la frecuencia de brazos, es decir, la velocidad con la que los muevo y la potencia.
-¿Cuál es la mejor edad de un velocista?
-Un velocista puede nadar al máximo nivel hasta los 25 o 26 años. Tengo todavía 19, soy joven y me quedan unos cuantos años. Es cierto que a mayor entrenamiento la mejora es menor, porque cada vez llegas más a tu límite. Todavía me queda progresión y tengo que seguir poniéndome a prueba.
-¿Cómo ves el nivel de la natación en Campoo?
Aquí hay niños y niñas que nadan muy bien. Tenemos muy buena cantera con los más pequeños. Sara, Carmen, los hermanos Carla y Dani...vienen por detrás pisnado fuerte y en algunas categorías ves que la superioridad es abrumadora. La cuestión es que exploten su potencial sin que les deje de gustar la natación. En su momento, mi padre me dio a elegir entre el fútbol y la natación, y decidí dedicar mi tiempo y esfuerzo a nadar. Al final te tienes que decantar por alguna opción.
-¿Cuál es tu sueño como nadador?
-Desde pequeño siempre fue ir a un campeonato de España. Una vez que lo logré, fue entrar en una final y lo conseguí. Hasta ahora no me había planteado ganar un campeonato de España y ya que he llegado hasta aquí ¿por qué no? Hay que ser realista con los objetivos e ir poco a poco. Si hace años hubiese pensado en ganar el campeonato de España no hubiese llegado a la vuelta de la esquina.
Para la natación lo que más funciona es la cabeza -y para cualquier deporte-, si tu cabeza dice que sí, es que sí. Conozco gente que entrena muy bien, pero en el momento de competir les falla la concentración. Yo soy al revés y cuando voy a competir sé que puedo. Se trata de traspasar esa barrera psicológica. Por difícil que sea, si crees que llegas, llegas.
Me pruebo mucho en el calentamiento, hago sprint de 25 metros a todo lo que doy, y así tengo una referencia para la carrera. En alguna ocasión me he tirado al agua tres veces justo antes de la competición, porque además de para probarme también me vale para concentrarme. Lo máximo que he llegado a nadar han sido ocho o nueve pruebas en un fin de semana, y son muchas. Lo habitual es la mitad.
-¿Cuántos deportistas se ganan la vida con la natación?
-Españoles diría que dos: Mireia Belmonte y Melani Costa, que a su vez están estudiando porque cuando terminen su carrera profesional, probablemente no podrán vivir de ello. De hecho, Mireia Belmonte, antes de cambiar de club, cobraba el año pasado unos 1.200 euros mensuales. ¡Una nadadora olímpica, record del mundo y campeona mundial...!
En mi caso, el único dinero que obtengo es la beca del Gobierno de Cantabria, supuestamente por ser deportista de élite y cumplir una serie de requisitos, pero me dan 600 euros de beca que no es nada. Y por otra parte, desde la Federación lo que más te pueden dar son 400 euros por ganar un campeonato de España. Este es el caso de mi amigo Fran de la Granja, subcampeón de España y entre ambas becas ha recibido solo 1.000 euros por ser de los mejores el país. ¡Si ya el bañador con el que competimos te cuesta 200 euros!
Además, creo que solo se paga por entrar a ver las competiciones en los casos de los mundiales y los Juegos Olímpicos. En un campeonato de España el que primero llega antes se sienta. Y luego resulta que pagas más por ver a los futbolistas de tercera división que por ver un campeonato de España de natación.
El que se dedica la natación tiene que claro que lo hace por afición. Siguiendo con el ejemplo de Mireia Belmonte, el día anterior de batir un récord del mundo estuvo nueve horas de autobús, y a su vuelta, en las televisiones ocupaba más tiempo el nuevo peinado de Sergio Ramos que su logro.