La declaración como Reserva Nacional de Aves Acuáticas del embalse del Ebro ha favorecido, en los pasados años, la variedad y el aumento de censo de las especies, cobijando hoy, como lugar de refugio y alimentación, grandes bandos de anátidas, ciconiformes o limícolas durante sus largas migraciones. El pasado día 20 de enero, un equipo de voluntarios de SEO/BirdLife, con la colaboración del Centro Ornitológico del Ebro, realizó el censo de aves acuáticas invernantes del Embalse del Ebro, trabajo que están realizando en todos los humedales de la región.
El grupo de voluntarios, junto con las encargadas del Centro Ornitológico de La Población de Campoo de Yuso censaron un total de 3.611 aves acuáticas pertenecientes a 22 especies distintas, la mayoría ánades (patos). Destacaron, según los responsables de SEO, tres especies: Silbón europeo (797 individuos), Ánade azulón (694) y Ánade friso (659). También según el censo para esta Organización, son importantes los números alcanzados para el Ánsar común (402 individuos), Somormujo lavanco (364) y Cerceta común (293).
El embalse del Ebro está reconocido como un importante refugio para las aves acuáticas migratorias, declarado Refugio Nacional de Aves Acuáticas en 1983, se integró posteriormente en la Red Natura 2000 como ZEPA (Zona de especial Protección para las Aves) y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria). Es un lugar de reproducción de gran importancia para el Somormujo lavanco y Ánade friso. También es usado como lugar de "mancada" (julio y agosto), cuando los patos mudan las plumas y no pueden volar durante unas pocas semanas, por lo que necesitan masas amplias de agua con alimento abundante. Y es refugio invernal para muchas aves acuáticas migratorias, sobre todo anátidas: cercetas, azulones, frisos, silbones y ánsares, así como somormujos, zampullines y fochas.
Este censo forma parte del International Waterfowl Census (IWC) que se celebra durante el mes de enero desde 1967 y hoy día cubre más de 25.000 zonas húmedas en todo el mundo, implicando a unas 15.000 personas entre profesionales y colaboradores aficionados. En España y Cantabria son coordinados por SEO/BirdLife a través de una amplia red de colaboradores.
Zonas idóneas para las aves
El Embalse es importante en su integridad, y es el comportamiento de las distintas especies de aves el que determina su elección de las zonas más idóneas. No obstante resultan especialmente importantes, tanto para la invernada como para la reproducción y alimentación de las aves acuáticas, las colas y áreas con vegetación palustre, incluidas las orillas con praderías y pastizales. Por el contrario, las zonas centrales más profundas son esenciales para grupos de aves acuáticas buceadoras y para el refugio a salvo de interferencias de la mayoría de las especies.
Este programa aporta una información muy valiosa acerca de la evolución y estado de conservación de las poblaciones de aves acuáticas migratorias y, en consecuencia, del estado de los ecosistemas acuáticos de los que dependen directamente millones de personas, pues aportan recursos vitales (agua potable, regadíos, pesca, energía) y tienen un papel regulador fundamental en el ciclo del agua.
El embalse del Ebro fue uno de los primeros humedales españoles en incluirse en el programa durante sus inicios en 1967. Desde entonces, el número de acuáticas ha variado sustancialmente con una fuerte reducción desde 1983, coincidiendo con el inicio del bitrasvase Ebro-Besaya, lo que supuso una mayor fluctuación en los niveles de agua desde entonces.
El embalse del Ebro, punta el delegado de SEO/BirdLife en Cantabria, Felipe González, presenta una alta potencialidad como humedal atractivo para las aves acuáticas debido a una serie de características: gran superficie, poca profundidad, escasa pendiente, orillas irregulares con colas, entrantes, penínsulas e islotes, y una situación en una comarca rural, con baja presión urbana e industrial. Sus aguas someras y orillas tendidas permiten una alta producción primaria y el desarrollo de comunidades vegetales acuáticas naturales.
Sin embargo, mantiene un régimen hídrico artificial con fuertes variaciones en los niveles de agua a lo largo del año, que no permite el desarrollo de la vegetación acuática y de ribera de la que depende la fauna acuática. Además, deja en seco muchos nidos que pierden la puesta y reduce la lámina de agua disponible. Otros problemas son las basuras y anzuelos que dejan muchos pescadores o las molestias derivadas de los deportes acuáticas.